El acabado Nemesio

Algunas de las mejores noches de nuestras vidas las hemos vivido en el Nemesio Camacho El Campin. También algunas de las más tristes, dolorosas y oscuras. Ese es nuestro templo, ese vetusto lugar –en el buen sentido– lleno de mística y pasión donde disfrutamos domingo a domingo el rodar de la pelota y donde desfogamos el amor hacia el equipo de nuestros corazones. El coloso de la 57, el sueño de Don Nemesio para albergar el fútbol en la capital de la república. 

Con el dolor del alma digo: Qué dejado que está El Campin. No es algo nuevo o de la abundante lluvia que cayó ayer en la ciudad, va más allá de eso. Las malas decisiones de varias administraciones, la realización de conciertos sin el cuidado correspondiente (no es satanizar, es exigir), la falta de mantenimiento y otros males endémicos han enfermado al coloso y lo tienen hoy por hoy como está.

No es solo la grama, es toda la fachada. Ayer en medio del parón del partido tuve el tiempo para caminar el estadio y su estado es lamentable: inundado en varias partes de la tribuna oriental, lleno de grietas y goteras, los baños en muy mal estado (aclaro, no es algo del equipo de limpieza que seguramente hace bien su trabajo, es tema de infraestructura), sillas deterioradas, arreglos inconclusos, entre otras cosas que seguramente se me escapan.

Duele ver el estadio así. Y esto tiene un alto grado de responsabilidad de la actual administración de la ciudad. No es un secreto que este es un estadio que tiene muchísimos años de construcción, pero sin duda se ha visto mejor en el pasado. La grama está sufriendo y no deja disfrutar del fútbol, además de que como ciudad estamos quedando mal con nuestros similares de la región (no es vano las quejas de los jugadores de clubes internacionales). 

Este es un llamado a cuidar nuestro templo, a que respeten sus tiempos de recuperación y a que se use con responsabilidad sus instalaciones, específicamente la grama. No se puede desconocer la historia e importancia del estadio para esta ciudad y para los equipos que lo consideran su casa. Y acá también el llamado es para lo hinchas, para que cuidemos en conjunto el lugar donde juega nuestro amado Millonarios. 

La capital de Colombia se merece un estadio digno y que se le preste la suficiente atención, porque aún hay demasiadas historias por contar, lágrimas que derramar y goles por cantar en el vetusto Nemesio Camacho El Campin. 

Andrés Rey Hernández
Twitter: @andresreyhdez