Once Caldas - Millonarios 2017

La vida necesita alegrías… azules

Que jugamos el mejor partido de visitante de la temporada, que nos dejaron de pitar un penal, que el rival solo llegó dos veces, que el azul generó muchas más opciones, que nos robaron un minuto de adición…
Así amaneció la hinchada y el mismo cuerpo técnico, llenos de palabras y voces de justificación (?) y frustración. Si bien según la tabla la cosa no está enredada del todo aún, la pelea por la octava posición en este momento (noche de domingo) y la forma como Millonarios está haciendo las cosas deja cada vez más dudas.

Un partido contra el que en ese momento era el penúltimo de la tabla con la peor defensa del campeonato se convirtió para Millonarios en una piedra en el zapato que no pudo sacarse en esos 93 minutos. Regalar puntos contra un equipo en crisis parece haberse vuelto una costumbre para el azul de Bogotá, y este resultado deja una bronca tremenda con preguntas que nadie sabe responder… ¿Para qué está realmente este equipo? ¿Qué les falta? No es posible que en una liga tan nivelada por lo bajo, Millonarios no haya podido sacar ventaja de ninguno de los pobres rivales que ha enfrentado. Es más, el embajador ha sido por momentos uno de esos equipos pobres que tiene esta liga, donde ser protagonista debería ser lo normal, pero hoy, a punta de calculadora y camándula, nos aferramos a la ilusión de lograr «al menos» el octavo lugar. De no creer.

Directivas, cuerpo técnico y jugadores han sido y serán cuestionados siempre. Ganando o perdiendo siempre serán señalados, así que salir hoy a tirarles piedra es hacer leña del árbol caído. Esto no es de hoy, este es un mal que viene arrastrando Millonarios hace tiempo, y que por más buena voluntad que haya de todas las partes, pareciera que nadie logra darle vuelta a esta dolorosa realidad. ¿Mala suerte? ¿Destino? ¿Karma? ¡¿Qué carajo es?!

En el ya lejano 2012 una divina ilusión se nos regaló a los millones de hinchas, al año siguiente, por esas decisiones que aún no se entienden, nosotros mismos (como equipo me refiero) le dimos una bofetada a ese renacer y le dijimos «no gracias, así estoy bien» y nos volvimos a meter en el hueco.

Es como si al tipo que le pide plata en la calle usted le quiere regalar un pan en lugar de una moneda y él se lo rechaza. ¿Ud que piensa entonces? «Bueno, pues que se muera de hambre» y sigue su camino, ¿no?

Este cuerpo, está piel de hincha, este corazón azul, que cada ocho días está al frente alentando, hoy está cansado. El hecho de no abandonar no implica ser alcahueta y aceptar un rendimiento tan bajo e irregular.

El martes, contra Cortuluá la suerte nos quiere dar un pedacito pequeñito de pan. ¿Se lo vamos a despreciar? Hay que comérselo todo, devorarlo. Hay que golear, hay que ganar, pero no como sea, hay que jugar bien. Sin juego, seguiremos en esa montaña rusa de resultados.

Ojalá todo se de vuelta, ojalá haya que tragarse estas líneas, ojalá se borde la 15 en el escudo al final del semestre, ojalá Millonarios recupere la memoria histórica (cada vez más lejana) y nos permita a los que amamos a este equipo vivir una alegría más. Muchos, en nuestros corazones, necesitamos esa alegría. La vida ya está demasiado jodida como para encima, desearle el mal a Millonarios. Un martes con tres puntos y goles sería lindo para irse a la cama.

Eduardo Zabalaga Escobar
Twitter: @ElCholoSoyYo