Cali Millonarios 2020

¿Y la pelota quieta, qué?

El central señala un tiro libre cerca al área, casi por la medialuna y de frente al arco. El portero del pasto arma una jugada numerosa. La jugada, el partido, el hincha, el sentido común, los rivales, todo pide y espera que sea un remate al arco, de esos que pasan por encima o debajo de la barrera y se le meten al arquero cerca al palo. El que se para frente a la pelota es Mackalister, y el hincha imagina que Macka haga el gol del partido para romper el empate.

Infructuosa, desafortunada y sorpresivamente, Silva no patea al arco. Decide tirar un centro al área tan inofensivo como inutil, fácilmente rechazado por la zaga del Pasto. Uno de esos «Laboratorios marca Acme» a los que estamos acostumbrados. Jugadas como esas se han vuelto una constante en Millonarios, como un apartado más en el expediente «falta de definición».

Jugadas como esa, en las que se debe disparar al arco y terminan siendo jugadas sin sentido ni peligro, se han venido repitiendo a lo largo del año. A veces pareciera que los rivales -que también analizan todo el tema del Big Data en el fútbol- se mostraran cómodos haciendo faltas cerca del área ante la incapacidad azul de resolver.

La cifra es cruda: Millonarios ya sumó 18 meses desde la última vez que se logró hacer un gol de tiro libre directo, fue Juan Camilo Salazar al Cali en el repechaje aquel por un cupo a Sudamericana tras haber ganado la liga de perdedores. Desde entonces, por más que existan las posibilidades, ya ni siquiera se intenta.

¿Por qué Millonarios no cobra tiros libres directos? ¿Es tanta la falta de confianza al interior del grupo para ni siquiera intentarlo y desperdiciar esas opciones con laboratorios inservibles? ¿Acaso nadie en el plantel se siente en la capacidad de adueñarse de la pelota parada? ¿Acaso en los entrenamientos nadie practica tiros libres así sea con barreras de juguete? Cuando llegó Elvis Perlaza, por ejemplo, en su palmarés decía que era buen cobrador de tiros libres. Por alguna inesperada razón, en Millonarios prefieren dilapidarlos.

Y así, de laboratorio en laboratorio (casi todos desastrosos), han pasado 18 infructuosos meses en los que Millos no ha sabido aprovechar cuando tiene un tiro libre directo a favor. Cositas como esas hacen parte de esos pequeños detalles que pueden cambiar la historia de los partidos. En esa asignatura, seguimos en deuda…

Twitter: @elmechu