El efecto Mackalister Silva
Siempre es el último en subirse a los buses y siempre es el último en ingresar al terreno de juego, por cábala. Da tres pasos con su pierna derecha y se da la bendición cuando llega ese momento de pasar la raya que divide el campo de juego con la zona aledaña, bien sea para los himnos o cuando entra en los segundos tiempos desde el banco.
Siempre está de buen genio haciéndole bromas a sus compañeros. Siempre está presto y dispuesto para sacarse una foto cada vez que los hinchas lo paran en XColi, en los aeropuertos, en los hoteles o en la calle. Ese es David Mackalister Silva, la piedra angular de este Millonarios de Gamero que está otra vez peleando por ser campeón de Liga y Copa.
Es el capitán del equipo dentro y fuera de la cancha. Tiene el poder de hacer potenciar a todos sus compañeros solo con su presencia en el campo, inclusive así no tenga una buena tarde. Es normal verlo arreglar partidos cuando empieza como suplente e ingresa al terreno de juego en los segundos tiempos. Su nombre ya hace que los otros 10 jugadores vestidos de azul crezcan en el juego, solo por tenerlo al lado. También hace que los 11 vestidos de colores distintos se preocupen de más. Hasta cambian su planteamiento con tal de tratar de neutralizar a ese 14 Embajador.
Es el genio detrás del enorme trabajo de sus compañeros en el frente de ataque. El tipo que recibe, aguanta, levanta la cabeza y mete un pase de crack para que Daniel Cataño defina de derecha y silencie el Atanasio.
También es el genio que desespera a los hinchas y jugadores rivales. Lo hace con fútbol y lo hace cuando Gamero hace una sustitución y se demora en abandonar la cancha para recibir solito las puteadas de los aficionados verdes, y aumentarles así la desesperación y el desconsuelo.
Un día, Álvaro Montero dijo en una rueda de prensa que «le encantaría tener diez Mackas en su equipo». Somos afortunados de tener como capitán a alguien que puede, solo con su presencia, cambiar o alterar el curso de los partidos a favor nuestro. Una persona que puede hacer estresar a un DT, a once rivales o a 30 mil aficionados del equipo contrario.
Ese es el efecto Mackalister Silva, un tipo que ya lo ganó todo a nivel local con el equipo de nuestros amores, que tiene hambre de mucho más, que ha aprendido con su experiencia y madurez a echarse el equipo al hombro y que va derechito a graduarse de ídolo de esta institución.
En X: @elmechu