Ya lo dijeron ‘todos’

La columna de hoy, más allá de abarcar el partido de Millos el pasado viernes, es la carta a mi niño interior, quien siempre soñó jugar vestido de azul en el césped del Campín, como muchos de ustedes también lo soñaron. Por eso, el ya lo dijo de hoy es aquella frase en común que todos, absolutamente todos los jugadores dicen cuando debutan. 

Debut

Me dirían mentiroso si les dijera que NUNCA soñé en salir por el túnel que atraviesan los jugadores antes de tocar la gramilla del ‘coloso de la 57’. La verdad es que siempre soñé en salir al césped en guayos y con esa camiseta azul que en la espalda portara el número 24, ese mismo que me acompañó en mi etapa como jugador de inferiores, y que en últimas, es la fecha de mi onomástico.


Soñé una y mil veces con convertir un gol y besar ese escudo mágico, ese por el que lloré muchas veces y que siempre vi como una meta. Aquí viene esa frase de mamá cuando me decía, ¿por qué lloras por ese equipo, acaso ellos te dan de comer? Si mamá supiera que siempre quise ser jugador para darle a ella y a todos los miembros de mi familia un poco de lo que siempre me dieron, me hubiera entendido mejor. 

Aquel sueño de vestirme con la camisa de Millos en una escala menor lo cumplí. Logré hacer parte del equipo Embajador durante todo el 2016, ese equipo fue el encargado de hacer historia en la antigua Pony Fútbol y obtuvo el tercer puesto en el torneo más importante de la categoría en el país.

Hace unos días me tomé el tiempo de entender un poco mi amor por el fútbol y la respuesta siempre estuvo allí, en Millonarios. Cuando entrenaba con el equipo de mis amores conocí el sacrificio de un jugador. Siempre soñé en ser ese jugador que era hincha y lo daba todo por ustedes, los hinchas.

Yo era apenas un niño de 12 años que todos los días atravesaba la ciudad de sur a norte para intentar cumplir un sueño, mi horario en el colegio y mi entrenamiento en las canchas de Xcoli me mantuvieron más tiempo en un transmilenio que en una cancha o en la misma casa. Curiosamente, era en los bi articulados donde almorzaba porque a veces el tiempo no me daba. 

Cuando eres niño nunca piensas el momento en el que todo puede cambiar, y en serio sigo sin entender cuando en mí se rompió aquel sueño por jugar fútbol profesional

No deje de jugar por ‘paquete’, tampoco por alguna lesión o porque le perdí el amor, realmente no sé qué pasó, un día cualquiera le dije NO a jugar en una de las mejores escuelas de la ciudad y me incliné por seguir estudiando. Sin embargo, la pasión siempre estuvo ahí.

Ese estudio fue el mismo que me permitió debutar el pasado viernes en el Campín. A lo mejor no logré ser un pupilo de Gamero, pero si uno de Gabriel (Mechu), quien muy amablemente me abrió las puertas de Mundo Millos hace un año para hacer parte de su equipo de trabajo.

Quise ser futbolista profesional para alegrarlos a ustedes con mis goles, jugadas, barridas y demás cosas que pude brindarles en campo. No lo logré, pero sé que de algún modo los puedo alegrar en mi nueva faceta: como periodista

El Millos Vs. Águilas del pasado viernes va a quedar marcado en mí toda la vida, ese fue el día que comenté mi primer partido de fútbol, y que mejor manera de hacerlo que cubriendo al equipo de mis amores. 

No debuté como futbolista, pero sí como comentarista. “Fue un sueño estar allí” esa frase de cajón que dicen todos los futbolistas al debutar fue la misma que dio pie a esta, la columna más difícil de escribir por los sentimientos que se me cruzaron. Como anécdota va a quedar que en Millonarios era lateral izquierdo, misma posición en la que al parecer hoy faltan jugadores. 

Por Daniel Casas En X: DanielSC2402