Daniel Cataño

Una opinión sobre lo sucedido en Ibagué

Como amante del fútbol y como colombiano me avergüenza lo que se vivió en el Manuel Murillo Toro. La agresión a Daniel Cataño es una muestra de una sociedad podrida y acostumbrada a naturalizar la violencia.

Lo de ayer hay que reprocharlo, como también lo que sucedió, por ejemplo, hace 14 años cuando ‘hinchas’ de Millonarios agredieron el bus del Deportivo Cali y lesionaron a Juan Guillermo Domínguez. ¿A dónde va mi comentario? Que todas las agresiones deben ser reprochables y que hoy fue el Tolima, pero en el pasado fuimos nosotros y no estuvimos a la altura. 

Estas son mis percepciones de los hechos:

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1. Orgulloso de mi equipo y de mi capitán, que ante todo priorizó la integridad de los jugadores y mostró solidaridad frente a la cobarde agresión a su compañero.

2. Las palabras de Wilmar Roldán, el mejor árbitro de Colombia, fueron lamentables. Decir que «solo fue un puño» es complicidad, es naturalizar la violencia y reducir la dimensión de los hechos. Disciplinariamente habría que revisar qué pasará con la roja de Cataño, que también agredió al ‘hincha’. Hay precedentes internacionales. 

3. Aplaudo la actitud de Juan Fernando Caicedo y Julián Quiñones, quienes también mostraron solidaridad con su colega y siempre apoyaron la decisión de Millonarios de no seguir jugando. Esas pequeñas acciones son las que van generando cambios profundos.

4. En contraste con lo anterior, quedé desconcertado con las declaraciones del presidente del Tolima, César Camargo, donde planteó un boicot por parte de Millonarios. Hizo todo mal: (i) la logística sí es de su control. En los videos se ven dos personas vigilando la tribuna, número insuficiente para las miles de personas que se encontraban en ese lugar; (ii) habló incluso de reclamar puntos en el escritorio; (iii) justificó la agresión aduciendo que se dió por provocaciones de Cataño, minimizando así los hechos; (iv) Camargo tiene un magíster en Georgetown y estudios en la Universidad de Massachusetts, pero parece que esos títulos no incluían ética y empatía. Ojalá lo asesoren bien y se retracte. 

5. De lo más lamentable: la actitud de parte de la hinchada del Tolima aplaudiendo al agresor. Aparte de todo, después cogen a piedra el bus de Millonarios. Ojo, no son todos los hinchas del Tolima, son desadaptados y personas que no están bien de la cabeza. 

6. Hay que marcar precedente. Es una oportunidad enorme para Dimayor de actuar bien, desde la solidaridad, el sentido común y la lógica. ¿Se viene otra dimayorada?

7. Opinión impopular: Win Sports lo hizo bien, o por lo menos el staff que estaba haciendo la transmisión. Siempre el mensaje fue de rechazo a la agresión y de compartir la decisión de los jugadores de Millonarios de ir al camerino y no continuar el partido, a pesar de las repercusiones que eso trae para el canal. Además, abrieron micrófonos para que con transparencia el televidente escuchara lo que se decidía entre las partes. No es un detalle menor, teniendo en cuenta que hasta hace poco censuraron en sus transmisiones las protestas de los jugadores profesionales. Se dice lo malo, también lo bueno. 

8. Aparte de pegar por la espalda, corre a esconderse a la tribuna. Un cobarde completo, al que espero que jamás le den entrada a ningún estadio de Colombia. 

Esperemos el desenlace de esta historia que esto jamás vuelva a suceder. Por ahora, esperar otra eternidad para ver (jugando fútbol) a nuestro amado Millonarios.

Por Andrés Rey
(@andresreyhdez en Twitter)

Foto: Millonarios FC