Reinventarse…
Hace exactamente un mes, el lunes 20 de marzo, todos los hinchas de Millonarios en el universo despertábamos felices, con la sonrisa de oreja a oreja dibujada sin esfuerzo alguno, con ganas de salir a la calle a mostrarle al mundo con orgullo el escudo que nos enamoró desde niños, la felicidad se notaba en todas partes.
No era para menos: en la noche anterior, el equipo habÃa goleado 3-0 al «Santa Fe súper invicto de 23 fechas». Una semana antes, habÃa despachado por el mismo marcador al América. Dos goleadas seguidas en dos clásicos, con una explosión digna de admiración. Para ese entonces, los medios y la afición daban al albiazul como candidato serio al tÃtulo.
Pero entonces, en este mes que se cumple, todo cambió. Cinco juegos vinieron, de los cuales solo se rescató un empate ante el peor Junior de muchos años. De resto, derrotas con Santa Fe y Nacional en casa, y con Alianza Petrolera y Pasto de visita. Millos, que hace un mes era tercero y podÃa llegar a igualar la lÃnea del DIM, pasó a salir de los clasificados y a empezar a buscar calculadoras.
El pasado sábado, en Pasto, le preguntaron a Flabio Torres cuál habÃa sido el secreto para que su equipo derrotara al de Russo. El DT contestó fácil: «sabemos que los laterales salen mucho y les genera riesgo en defensa, sabÃamos que nos iban a atacar con las bandas y por eso les hicimos juego de posesión». Carlos Giraldo, capitán del elenco pastoso, respondió exactamente lo mismo a varios metros de distancia, en el otro camerino del estadio.
Resultó que a aquel equipo vertical y explosivo que goleó a cuatro equipos distintos en Bogotá, los rivales le tomaron la medida. Por eso, como los rivales también juegan y el libreto azul es el mismo, ya no se volvió a ver el vértigo que dio resultados hasta hace un mes. Es por eso que, para el DT Russo, sigue un reto: ya no es solamente luchar por recuperar ese déficit de cuatro puntos perdidos en casa, también es mostrar que se pueden tener variantes para contrarrestar ese guión que los otros 17 técnicos de primera ya conocen.
En Pasto, el ingreso de Kouffaty en el segundo tiempo dio un nuevo aire a un equipo que últimamente dedica todos sus esfuerzos en tirar centros desesperados. ¿será ese el movimiento táctico necesario para recomponer? Sigue un juego en una cancha con dimensiones más grandes del estándar, en donde ganar ya es una necesidad. Es una prueba de fuego para que Russo y sus muchachos demuestren que se trabajan variantes y que se puede ofrecer algo distinto al libreto que dio resultados en algún momento, pero que ya conocen todos.
Reinventarse… eso es lo que toca cada dÃa en este juego, de lo contrario el tiempo y la pelota te comen vivo.
Twitter: @elmechu