Leonardo Castro y Enrique Camacho

Las arcas del club

En cuanto a ventas de jugadores Millonarios lo está haciendo bien. Se reconoce lo bueno, así como también se ha mencionado lo malo en muchas oportunidades. Nos estamos acostumbrando a sacar un jugador como mínimo cada año con una apuesta que viene siendo repetitiva: traer una promesa (resultado de un buen ejercicio de scouting), potenciarlo en la cantera y/o madurarlo en el primer equipo, para que con la continuidad y el respaldo de una estructura consolidada se destaque y llame la atención de equipos internacionales. 

El modelo funciona siempre y cuando se cumplan ciertas premisas: reinvertir las ganancias y/o sanear financieramente al equipo. No es un secreto que Millonarios lleva, durante varios años, arrojando un ejercicio contable negativo producto de una época de malas decisiones y pagando el coletazo de administraciones perversas. Pero ahora, con un panorama financiero más estable, es el momento de empezar a ver reflejadas esas ganancias en activos estrategicos para el club, como una sede deportiva digna del equipo más histórico del Fútbol Profesional Colombiano. 

Hagamos memoria y sin ir muy lejos: Wuilker Fariñez, Matias de los Santos, Chicho Arango, Emerson Rodríguez, Carlos Gómez. Ahora es el turno de Daniel Ruiz. Entiendo que el equipo debe seguirse saneando y que las capitalizaciones por parte de Amber se deben atender, pero desde lo deportivo el destino de esos recursos ha sido limitado. 

Salvo los esfuerzos financieros por Montero y Leonardo Castro (esfuerzos que, de paso sea dicho, también se pueden llevar a cabo a través de la gestión en taquillas, patrocinios y participaciones en torneos internacionales) queda el sinsabor del destino de esas ventas. Porque en jugadores de renombre y pergaminos tampoco se ha visto, salvo las excepciones mencionadas.

¿Qué pasará con el casi 1M USD del prestamo del volante bogotano? ¿Qué pasará con ese capital futuro de 4M USD que -seguramente- tendrá el club por el logro de objetivos deportivos que lleven a la obligatoriedad de la compra del pase por parte del Santos? Es una incógnita para la hinchada y habrá que estar atentos a las asambleas.

Deseo de corazón que a Daniel le vaya bien, tanto por su futuro deportivo y familiar, como por las finanzas del club, que se verán beneficiadas si a él le va bien en su nuevo club. Y también deseo de corazón que Alberto Gamero haga un llamado al orden y pida mínimo un extremo (en una columna de opinión anterior mencionaba que se necesitan dos extremos, ahora son tres) que refuerce la nómina en una posición estratégica para su esquema, en el que se siente más cómodo y en el que más resultados ha dado. 

Por ahora, seguir esperando otra eternidad para volver a El Campin y disfrutar de nuestro equipo. ¿Quién será el siguiente? Abran sus apuestas. Voy con la mía: Oscar Manuel o Jarrinson Yuber. 

Por Andrés Rey
@andresreyhdez en Twitter