América - Millonarios 2018

El día después, número 8

Antes del partido en el Pascual Guerrero, nos enteramos que la barra popular y algunos más, se quedaron fuera del recinto debido a que están en protesta contra el club local. Supimos, gracias a las fotos de Luis Gabriel Jiménez, responsable y dueño de esta página, que los trapos que ingresaron eran de protesta, con agresividad notoria y con ambiente hostil. Pero el resto de este párrafo lo dejamos para el final.

Millonarios alineó su equipo titular pensando en los frentes que debe atacar: Copa y Liga, donde estamos muy quedados en puntos. Bastaron once segundos, ¡once!, para empezar a noquear a América de Cali: pelota hacia atrás, Cadavid la levanta, Marrugo la peina y Ayron, el  goleador de raza, la patea con su canilla por encima del portero local. Pintaba como si fuera una goleada contra un equipo dirigido por un entrenador interino, pero no fue así. Con más enjundia que táctica, con más huevos que técnica, los locales atacaron a Millonarios por todas las bandas, por el centro, por donde fuera y cayera.

El partido de los embajadores, en el primer tiempo, se puede leer de dos formas: que estamos encontrando solidez defensiva (no te duermas Matías porque Anier, de partidazo, acecha), que se contuvo un equipo con limitaciones (así Elíser Quiñónez no haya estado sacrificado en marca defensiva y entre Yesus Cabrera y Cristian Dájome le llegaron muchas veces) y que Wuilker Faríñez es un cerrojo debajo de los tres palos. También se puede leer que Millonarios no tuvo porqué sufrir en ese primer tiempo, debió atacar con mejores argumentos, que el medio campo no estuvo fino en la contención y que la desconexión de Hauche con sus compañeros fue evidente. Usted decide qué óptica quiere utilizar.

En el segundo tiempo, los locales se fundieron (solo dos o tres equipos del FPC tienen ritmo de presión por más del 80% del partido) y pagaron las consecuencias del trabajo en el primer tiempo: tiro de esquina cobrado por Marrugo desde occidental sur –tribuna vacía esta última–, cabezazo de Anier y otra vez Ayron, el buen goleador, la mandó guardar ante la pirueta del ex Millonarios, Pedro Franco. A partir de ahí, los embajadores controlaron, dijeron “no se juega más†y empezamos a diluir el encuentro.

Esos tres puntos reflejan trabajo, sacrificio y que la Liga no se puede descuidar más: aplacarse con buenos resultados como visitante pero es menester ganar de local para que la mayoría de la gente pueda disfrutar victorias. Como siempre, algunos pocos hinchas azules, camuflados y casi que arriesgando la vida en ese escenario, estuvieron presentes en occidental viendo historia: no se ganaba al América de Cali en el Pascual por 0-2 desde el año 1986 y se rompió una racha de 42 años sin ganarles dos veces como visitantes de forma seguida. Si usted fue, siéntase bendecido y afortunado.

Al final del partido pasó de todo. Lo primero: Don Miguel viaja a Buenos Aires para un control médico pertinente. En rueda de prensa, él mismo confirmó que es algo rutinario y que decidieron con Millonarios esta fecha: el sonoro aplauso en rueda de prensa confirma no solo su categoría sino que tiene el respeto de muchos otros que no profesan la fe azul. Por otra parte, conocido el resultado, hubo desmanes cerca del Pascual: los hinchas que pagaron occidental fueron evacuados por la pista atlética y hasta Ramiro Sánchez ayudó una señora para bajar a la pista atlética. Cosas curiosas que faltan.

En concordancia con el primer párrafo, termina así: hace muchos años, casi nos vamos a la B. Los hinchas americanos, en los gozosos, se burlaban de nosotros: que “Millos no tiene con qué comerâ€, puteaban nuestros jugadores en aeropuertos, nos moríamos de hambre y que éramos unos pobretones con nombre pomposo. Hoy, con la realidad de ellos, hincha Embajador, aprenda a gozarlos: más que el karma, todo en la vida se devuelve, siempre. No hay que escupir para arriba, no sea que les volvamos a hacer un gol, pero en el minuto de silencio.

Próxima parada: Tunja, otra vez, contra Chicó por Copa. Hay que pasar de ronda.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco