El día después, número 2

“Noche de copa, noche de gala”, parafraseando al verdadero capitán de Millonarios, Don Miguel.

Durante dos meses esperamos este partido. Demasiadas ansias para ver al equipo en Sudamericana, premio adquirido por ser terceros en Libertadores. Gracias al golazo de Carrillo, el Defensores del Chaco nos acogió para buscar un mejor resultado que nos permita cerrar como locales en algo más de 15 días: las balotas, ¡por fin!, estuvieron de nuestro lado.

Los primeros veinte minutos: apretando y hacia adelante hasta que General Díaz nos puso contra las cuerdas. Chao marca, velocidad y precisión cada vez que tuvimos el balón. Si es por comparar la dinámica entre Chicó y los paraguayos, los segundos nos apretaron con rapidez y mirando la portería de Faríñez varias veces. El celofán del partido se rompió con el gol de Millonarios: penal indudable cometido contra Salazar (el nené está sólido, hay que llevarlo con calma) y sin tarjeta amarilla porque no la ameritaba. Ayron Del Valle pateó duro, seco y con ganas. Dedicatoria a la familia. Matías De Los Santos y Henry Rojas como volantes de contención: el experimento que, a veces, no entendemos, pero eso es tema del técnico; si él cree que es el mejor esquema, creo lo mismo, porque fanatizo con él. Punto.

Cadavid y Figueroa, los que defienden, cerraron terrible en el gol de General Díaz puesto que ellos apretaron con tres delanteros y tres defensas. Aldo Bobadilla, o el nuevo Julio Comesaña de Paraguay, los mandó “a Santa Rosa, o al charco”. ¿Demasiado premio? En absoluto: bastó con una pelota filtrada por el medio campo, pase al último extremo que llegaba por izquierda y el niño portero vencido, faltando diez minutos para el final. Dos puntos perdidos, cuatro si sumamos los anteriores: no restemos más, por favor. El trabajo es exigente y pestañear no es opción. Cuchillo entre los dientes, muchachos, ¡huele a sangre!

La rueda de prensa es una lección para todos, por aquella polémica del partido Paraguay – Venezuela: ¿la pregunta sobre las meretrices, a Faríñez, está fuera de lugar? No. ¿Está fuera de tiempo? Si, por supuesto, porque nada tiene que ver con lo que acaba de pasar. Pero, ¿no nos burlamos de muchos equipos diferentes al nuestro, citando este tipo de ejemplos y que hoy serían atemporales? ‘Silenzio stampa’, amigos.

La lección, otra vez, emana de Don Miguel: “hablemos de fútbol”. No se puede subestimar ningún equipo y de camiseta no se gana, así sea color naranja.

De Asunción a Tunja.

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