Envigado Millonarios 2019

El día después: las dos piernas

El miedo escénico, ese que juega malas pasadas al principio, terminó por ser casi pánico por cuenta de la pérdida de dos arietes fundamentales en el esquema de Jorge Luis Pinto, Roberto Ovelar y César Carrillo.

Lejos del funcionamiento del equipo, del esquema, de la claridad mental de Salazar (hay fantasistas sentados, Marrugo y Montoya dixit), la victoria en el Polideportivo Sur costó dos piernas. Dice la estadística que es la primera vez que Millonarios le gana tres partidos seguidos a Envigado en su casa: no es un hito, pero son resultados nada despreciables. Interesante.

Dos incursiones de Ovelar con pase perfecto para Juan David Pérez: con eso bastó para vulnerar el arco rival. Duque siempre Duque, tan él que recuperó, envió el balón al frente y que se entiendan los delanteros: para eso están. Luego vino la contractura o lo que sea que tenga: tenía una cara de frustración insoportable, como muchos hinchas que no lo toleran. Quien escribe va a la guerra con el paraguayo.

Sobre Carrillo, una corta y al pie: no tuvo un partido brillante ni sobresaliente, pero la entrada criminal a la que fue sometido tuvo visos de puñalada en el momento que se asienta como titular, por encima de Felipe Jaramillo, quien será su reemplazo por dos meses. 

El director técnico prometió ganar, ganar y ganar. Pero, mucho ojo, no dijo cómo. Tal vez no fue un partido vistoso, exuberante a la retina o plácido para ver. Fue tensionante, con dos llegadas del rival donde Wuilker, ¡oh venezolano!, tapó magistralmente para salvaguardar tres puntos imperiosos por el nerviosismo de la primera fecha. Con el devenir de los partidos, la idea de juego que vimos en pretemporada será más cordial y amable, entendiendo que todos se juegan su partido aparte contra Millonarios.

Pronta recuperación para el Búfalo y, especialmente, para Carrillo. Sobre el arbitraje que iba bien hasta la patada que dejar fuera al ocho, dice la poetisa Ángela Botero “aquí, frente a ti, donde puedas verme, voy a esconderme”. En sus propias narices y en una sola jugada, John Perdomo perdió una posible gran calificación.

Hay que recuperar los soldados caídos.

Próxima parada: Manizales.

Leandro Melo
Twitter: @lejameco