Tolima Millonarios 2022

Con cabeza fría: Fe de erratas

Voy a jugar a ser Millonarios en esta ocasión. Y aprovechando que el libreto no cambió ni en los resultados ni en las ruedas de prensa, jugaré el mismo juego e invito a cada lector de esta perezosa reflexión a volver tres días atrás a mi columna titulada ‘Hormiga’; la lea, la escuche y se dé cuenta que el 80% de las palabras aplica para el post-Ibagué.

Escucha la columna aquí.

El 20% reside en cambios tan pequeños como los argumentos propios con los que los rivales nos han robado puntos en siete fechas consecutivas. Primero, esta vez logré recuperar el sueño y descansar; dicen que el insomnio y las pesadillas son el némesis de la resignación, así que esta vez no hubo pelea con la almohada. Completo el dato de los 684 pases con las 19 llegadas a un arco rival, datos que a nuestro DT conforman.

También te puede interesar: Poder de la atracción.

Por último, los bajones resultan tanto futbolísticos como ajenos a la pelota, cuando hay jugadores que trotan una cancha y se mienten con una felicidad que dicen hay en el camerino. Y un cuerpo técnico y una dirigencia que Sà SABEN qué está pasando, sea cual sea cierto el chisme: los amaños, las peleas de egos, el NO a los premios pedidos o la simple imposibilidad de volverle a dar respuesta a una nueva línea de 5 en contra.

También te puede interesar: Las noches del horror.

Ésta fue la fe de erratas de mi columna anterior, que por demás permanece intacta. Tal vez un ejercicio similar le habría servido al profe Gamero en los diálogos con la prensa: reproducir un casete con los mismos chapoteos y adherir datos puntuales de cada juego. Un casete que ni con rivales que buscan ni con los que se resguardan desde el ‘vamos’ ha dejado de sonar a decepción y mansedumbre.

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano