Calentando motores
Antes de seguir peleando por pendejadas (si se abonó, si no se abonó; si le gustan o no las contrataciones; si le gusta que haya llegado este o el otro) le diré lo mismo que Ramón Jesurun le contestó a un periodista, al ser cuestionado por la continuidad de José Pékerman: “con el éxito no se discute”.
La obsesión de todos los hinchas es salir campeón, punto final. Y ese camino se transita de diferentes maneras. Una de ellas, es a golpe de chequera: traemos los mejores jugadores del mercado y los ponemos a correr juntos, con una metodología de juego determinada; revisen el subcampeón del torneo inmediatamente anterior. La segunda es respetando procesos: vean el campeón que reside en Ibagué y cuántas temporadas debieron sufrir para alcanzar el objetivo. Y otra es la consolidación de las dos anteriores: traemos a la medida del presupuesto pero respetando la base con la que se trabaja.
En esa última opción mencionada convive Millonarios. Por poco perdemos al juvenil más promisorio contratado en años (Jáder Valencia), se repatrió un jugador que quedó en deuda antes de ir al exterior (Óscar Barreto) , llegó uno que no teníamos en el radar pero Don Miguel Ángel confía en él (Gabriel Hauche) y un cerebro que tiene experiencia en plazas bravas (Christian Marrugo). Tenemos unas fuerzas básicas envidiables, que surten al primer equipo y que se consolidan lentamente, pero con paso firme. Al día de hoy tenemos jugadores propios, cosa que no ocurría desde hace años: en la época de la antigua empresa se pedían prestado y nunca se pagaba por los buenos.
Si eso a usted no le sirve, no le seduce, perfecto: está en su derecho. A mi me gusta lo que hacen, sin que eso signifique que no se pueda cuestionar la Junta Directiva: cabe preguntarle a Enrique Camacho qué pasó con Hernán Burbano y Yerson Candelo, quienes venían con el pase en la mano y eran fijos para este semestre. Son detalles, mínimos, pero ya está, no hay vuelta de hoja. Más adelante, el tiempo pone todo y a todos en su lugar, incluido a quien escribe.
Estamos en el tramo final de la pretemporada y solo queda una única lección con este equipo: no es cómo inicia, sino cómo termina. El objetivo de todos los equipos es salir campeón y Millonarios tiene múltiples opciones: jugando 25 partidos de Liga, 12 de Sudamericana u ocho de Copa local. Depende de la importancia y el trasegar de estos cinco meses. Este semestre hay que dejar todo en la tribuna. No soy del comité de aplausos del equipo pero tampoco soy desagradecido cuando me dan alegrías, porque, parafraseando otra vez al presidente de la Federación, ¿para qué pelear cuando hay alegrías?
El semestre comenzó. Menos redes sociales, más asistencia al estadio. Menos peleas, más aliento. Con el éxito no se discute, pero se pregunta.
Si va a echar vainazos con respeto: @lejameco