Dúvier Riascos

Un golazo de Riascos abrió el camino

El reloj apenas marcaba el minuto siete del primer tiempo, Millonarios había salido con todo a comerse vivo al América. Los once jugadores azules eran once fieras hambrientas de triunfo y goles. Para entonces, ya se había anulado una jugada de gol por posición adelantada. Millos era vértigo puro, motivado por ese hervidero que era El Campín.

Entonces, Riascos recibió la pelota en la media cancha y los rivales habían dejado un hueco enorme en la contención. Avanzó unos metros tranquilo, encaró a su marcador y con un amague le rompió la cintura, luego, adelantó la pelota unos metros y remató cruzado al segundo palo. Golazo, y ahí la historia del partido se partió en dos.

Dúvier, que tenía siete meses sin fútbol y había actuado una parte del segundo tiempo en Montería, gritó el gol de forma furiosa (después de tanto tiempo, cualquiera, ¿no?). Sus compañeros fueron todos a buscarlo para darle el abrazo respectivo. Después de toda la adrenalina por el gol, Riascos recordó quién era el rival e hizo señas de pedir perdón (América fue el equipo en el que debutó como profesional).

Con esto, Dúvier Riascos anotó su primer gol con Millonarios, ojalá el primero de muchos. El delantero mostró, en una sola jugada, todas sus condiciones de crack que le valieron para llegar al equipo más tradicional del país.