Millonarios - Boyacá Chicó 2018

Comienzo con déficit

Al finalizar el partido, el DT Russo manifestó en Rueda de prensa que no quería que sucediera lo mismo que el semestre pasado en el que Millonarios tuvo que ir a pelear la clasificación en las últimas fechas por haber cedido puntos y goles importantes contra equipos de menor calibre. Lo decía por tres partidos puntuales en los que Millos dejó escapar partidos sobre el final con goles increíbles que al final costaron la eliminación tanto en Liga como en la Copa Libertadores.

El arranque del Finalización mostró un poco de eso. Parecía fácil, era muy ganable en la antesala, hasta se podría pensar que lo íbamos a ganar caminando. Buen clima, buen ambiente, tarde de sol, un rival débil sin figuras ni jugadores de renombre… y dos goles de otro partido que cambiaron lo que parecía una victoria segura para iniciar con pie derecho el segundo semestre del año por un triste empate que ya hace que la gente diga «ojalá estos dos puntos no hagan falta en noviembre».

Apenas a los 4 minutos pegó primero el visitante, en la que fue su única acción de riesgo de toda la etapa inicial: centro desde la izquierda, desatención de Wuilker y Matías, rebote a todo el centro del área, cabezazo y gol. Millos trató de sobreponerse, con dos jugadores en una gran tarde, Hauche y Salazar. Entre los dos abrieron los caminos hacia el empate, que llegó cuando el primer tiempo expiraba gracias a un rebote que cazó el argentino para mandarla a guardar en el arco sur del estadio y anotar así su primer gol en Colombia, en una acción que nace de una recuperación de Jair en velocidad.

Comenzó el segundo tiempo y Millonarios fue una tromba. Los azules se jugaron los mejores minutos de todo el partido en ese lapso del arranque del complemento, que dejó el 2-1 en una gran combinación entre Salazar (pase largo), Ayron (habilitación de cabeza) y Mackalister (definición al segundo palo), y que terminó con la pena máxima decretada por el antioqueño Escalante que Andrés Cadavid pateó hacia el horizontal. Esa jugada, que parecía el 3-1 lapidario, le dio un cambio sicológico al partido.

Millos ya no atacó tanto, Salazar y Hauche ya habían dejado el campo para darle paso a Marrugo y Ovelar. Se había dejado ir la opción de liquidar la contienda, y llegó un tiro libre de otro partido que decretó el 2-2, en la única acción de riesgo de Chicó en toda la etapa complementaria. Disparo al palo del arquero y gol, 2-2, a falta de ocho minutos para el final. Parecía fácil, parecía sentenciado, y se nos complicó. Marrugo tuvo la última pero el portero le atajó. Fue un desabrido 2-2.

Russo dice que no quiere llegar sufriendo a la última fecha pero ya empezó el campeonato con déficit. Para evitar llegar al clásico de la última fecha con calculadora en la mano hay que recuperar estos dos puntos -que estaban en las cuentas de todos- en condición de visitante. La primera parada será Tunja, pero antes, la mirada está puesta en Paraguay, donde hay que sacar un buen resultado para iniciar bien en Sudamericana, donde no existe el margen de error.

Twitter: @elmechu

Repasa la Ficha Técnica del empate.