Efectos colaterales
De una vino a mi mente un partido en el Pascual Guerrero por allá en 2008 contra el Deportivo Cali. El arquero rival era Oscar Córdoba, en sus últimos años de fútbol, y el protagonista fue nuestro defensa Andrés Mosquera, que por impedir un saque rápido generó un penal que después malogró Ricardo Ciciliano (sí, aquel partido en que un defensa paraguayo se puso los guantes y atajó). En una actitud infantil, rara en un arquero tan recorrido y veterano cómo Córdoba, le metió un codazo a Mosquera y vio de una la roja a falta de 10 minutos y con el partido 0-0.
Una situación similar a lo que se vio en el Palogrande de Manizales. Álvaro Montero, arquero de Selección Colombia y uno de los jugadores más experimentados del plantel, se dejó provocar y se comportó como todo un novato en un partido que se iba ganando sin mayores dificultades. Una expulsión que definió el rumbo del partido que finalmente terminó perdiendo Millonarios. Pero creo que el agravante de todo es la actitud burlona con la que salió del campo, sonriente y chocando las manos con todo el que se le pasara. Sobrador.
Esa expulsión tuvo varios efectos colaterales que perjudicaron el trabajo y la planificación del cuerpo técnico. Sacrificó a Yuber Quiñones, que hace rato no jugaba, para poder meter a Juanito Moreno. Seguramente él estaba esperando esa oportunidad y hasta el momento de la expulsión estaba haciendo un partido correcto. Perjudicó a Richard Celis, que hoy tenía una chance más de demostrar que no se equivocaron con su fichaje y que tiene para pelear un puesto (aunque los 45 minutos que jugó demostró más bien el porqué no es siquiera convocado…). Obligó al equipo a hacer un desgaste físico adicional para contener los ataques del Once Caldas y soportar el encuentro con un jugador menos. También perjudicó a Cataño, llevandolo a jugar sobre una banda más en función defensiva que en generar fútbol, que es su fuerte, justo cuando más fino lo necesitamos como recambio importante.
El partido tuvo dos cosas positivas: ver a un Diego Herazo que sigue marcando y sigue mostrando mejoría en su nivel, y que nos hayamos quitado ese peso de ser invictos que al final resta más de lo que suma.
Ahora queda arropar a Juanito en los próximos dos partidos que tenga, seguir rotando la nómina pensando en la final de Copa y sobretodo, corregir dentro del camerino estas actitudes nocivas que hoy se vieron. Confío en la autocrítica de Montero y en el manejo de grupo del cuerpo técnico, porque con esta van dos expulsiones innecesarias seguidas que han obligado a cambiar lo planificado en semana. Menos mal paso ahora, con la holgura de los puntos obtenidos, porque en instancias decisivas puede tener consecuencias desastrosas para el equipo.
En lo táctico estamos más que bien, ahora hay que reforzar lo mental, que es donde hemos flaqueado.
Por Andrés Rey
Twitter: @andresreyhdez
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