Sombras tenebrosas, dÃas difÃciles
Faltan unos pocos dÃas para que vuelva a rodar la bola y parece una premonición, basada en las pelÃculas taquilleras: las segundas partes no son tan buenas como la primeras.
Al Millonarios multi récord del primer semestre (mejor local, mejor visitante, mayor cantidad de puntos) parece cogerle ventaja la confección de su nómina para revalidar lo hecho desde enero hasta mayo. Desde aquel paupérrimo segundo tiempo ante América, a las tres de la tarde en horario laboral, definiendo el paso a la final, parece que ellos no se han repuesto de ese nocaut provocado en dos goles que todavÃa golpean el corazón y el recuerdo.
Dentro de las sombras mostradas para este segundo semestre se suman reales problemas para afrontar. Uno de ellos se llama dinero para contratar: no se ha podido firmar un delantero que viene desde Honduras por temas de impuestos, su valor del pago mensual y otras arandelas más. En el flujo de caja no se ha podido contar con 500.000 dólares por la venta o préstamo de un juvenil que, al dÃa de hoy, tampoco ha regresado para darle una mano al equipo. Y ahà llega el segundo problema de Millonarios: ¿quiénes serán los recambios de los que se fueron?
Aunque Roberto Ovelar no rindió por su estado fÃsico, Cristian Marrugo emprendió regreso hacia México siendo destacado en el primer equipo con su magnÃfico rendimiento en el terreno de juego. MatÃas, ¿con rumbo para Argentina? ¿Cómo está Wuilker? Montoya, intermitente y nuevamente lesionado, era quien debÃa tomar la batuta de las ideas y ahora parece otra incógnita en el esquema Pinto. Del técnico, que tendrá párrafo aparte, debemos decir que hace unos dÃas declaró que siguen buscando un diez y un delantero: sÃ, a pocos dÃas del inicio del torneo. Pasamos de tenerlos todos disponibles antes de la pretemporada a la zozobra del pasado porque llegarán jugadores, de pronto, para ponerse a punto y debutar cuando hayan pasado cinco o seis fechas.
Pasará una nueva rueda de prensa presentando cuatro jugadores, jóvenes ellos, y respondiendo los centros que los periodistas van a lanzar, porque la crÃtica profesional hoy queda muda y no tiene el talante de soportar la mala cara del entrevistado ante una pregunta comprometedora, de esas que ya casi no se hacen. Quedará para el recuerdo que afrontaremos este torneo con la suficiente duda sobre el notable rendimiento de otrora. Y Pinto, tan estático y poco visible, jugando al póker con sus gestos, será el responsable de dirigir un equipo desigual al primero. Apelaremos a competir únicamente con aplicación táctica porque no tenemos, o eso parece, una o dos figuras rutilantes, los diferentes, los superdotados, que hagan mella en el equipo. Si algo tiene este equipo es que parece cÃclico en su trasegar: otra vez, la figura del equipo será el técnico, quien es un viejo zorro y entiende que podemos llegar a los ocho semifinalistas con estos jugadores. Si batiendo marcas no pudimos salir campeones, ¿qué pasará con este Millonarios tan diezmado en calidad deportiva y que, parece, apelará a su preciosa cantera?
Mientras todo eso se resuelve, se posan sombras tenebrosas y parecen llegar dÃas difÃciles en un semestre que pinta lleno de turbulencias, de altibajos deportivos. No sabemos si jugaremos igual, si podremos batir récords o si estaremos más tranquilos. Eso sà y que no quede un atisbo de duda: los hinchas asistirán al estadio, llegarán por lo menos 7.000, suficiente argumento para ponerle el pecho caliente a la frÃa brisa que emana desde los directivos embajadores. Entre todos nos acompañaremos en las alegrÃas y las derrotas: nuestra nobleza siempre nos obligará.Â
Siempre, al final, quedamos nosotros. No ellos.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco