Millonarios 2022

Humo y desahogo

Termina un semestre más. Una temporada que comenzó muy bien pero terminó en otro fracaso. Porque sí, esto es un fracaso, no hay otra palabra que defina lo que sucedió con Millonarios en estos cuadrangulares.

Las explicaciones de Alberto Gamero sobre los canteranos, la totalidad de puntos hechos o el nivel de juego mostrado en algunas partes del torneo se quedarán en anécdotas y en victorias morales. Millonarios es grande por su historia y acá solo sirve pelear títulos, el resto es milonga. 

Con el final de campeonato empieza una nueva temporada de humo donde, lastimosamente, tendremos que conformarnos con vender barato y saber que no habrán grandes contrataciones. Es la nefasta política de Azul y Blanco en cabeza del máximo accionista, Gustavo Serpa, cuya repuesta a la eliminación fue traer a Luis Carlos Ruiz, delantero de 36 años del Cortulua que tuvo su mejor temporada como profesional hace 10 años.

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Hay muchos rumores de salidas de jugadores que son parte de la columna vertebral de este equipo. Y cuando empieza el humo y salen a flote las cifras, me doy cuenta una vez más que el entendimiento del negocio del fútbol de Azul y Blanco es nulo.

La ecuación es sencilla y vamos a poner de ejemplo a Daniel Ruiz. Segun el portal Transfermarket, el zurdo está tasado en 1.1 millones de euros. Un jugador con grandes condiciones, joven y que es un volante moderno de dos áreas… ¿Cuánto se valoraría Daniel Ruiz dónde hubiese sido campeón y donde tuviese más minutos en competencias internacionales? Seguramente seria el doble o más, pero esta directiva mezquina no entiende que esto consiste en invertir, ganar títulos, competir internacionalmente (con todos los ingresos que esto genera), valorar jugadores para la venta y reinvertir en el equipo para repetir el proceso. Esto ya está inventado y probado…

Pasa lo mismo con Andrés Llinás y pasaba con Stiven Vega antes de su lesion (en esta lista estaba Román, pero ya sabemos su historia). Después me remito al pasado y veo las cifras de venta de Wuilker Fariñez, de Matías de los Santos, de Chicho Arango y digo: ¡Qué mal vendemos! 

Mira aquí la crónica de Bucaramanga 2-1 Millonarios.

Espero un milagro. Un acto de sensatez de la directiva con el profesor Gamero entregándole (¡por fin!) un plantel digno para poder materializar el sueño, donde cuente con los suficientes elementos para cambiar la historia de un partido y poder tener la jerarquía necesaria para ganar títulos. Depronto es soñar mucho, una utopía… Por ahora, recargar energías, tragar el veneno y esperar a iniciar una nueva temporada. Porque ahí estaremos y abandonarte no es una opción, Millos querido. 

Andrés Rey Hernández
@andresreyhdez

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