Millonarios Pasto 2022

Epifanías y revelaciones

«Es el Pasto, es un equipo de mierda. Nosotros somos Millonarios, el más grande del país» gritaba un hincha desesperado en oriental central después del gol del Deportivo Pasto, que significaría el empate 1-1 que terminó siendo el resultado definitivo de la primera fecha. Primer resultado adverso en la temporada, justo cuando los ánimos están más caldeados y había que calmarlos con una victoria.

Ese comentario no pasó derecho y rondó por mi cabeza mientras transcurría el segundo tiempo y veíamos una película repetida de los últimos partidos del apertura 2022-1. Un equipo sin ideas, sin revulsivos, completamente predecible y sin chispa, que terminó poniendo a sus tres delanteros en cancha sin un generador de juego, dado que Daniel Ruiz tuvo un discreto partido y nuestro capitán no está desde aquel partido en Medellín contra Nacional. 

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Pensaba en la frase peyorativa al Deportivo Pasto. Ese «equipo de mierda» ha sido finalista casi las mismas veces que Millonarios en los últimos 25 años, y ha clasificado a cuadrangulares finales casi las mismas veces que Millonarios. Primera revelación: debemos dejar de seguir mirando por encima del hombro a este tipo de rivales. Nuestro presente, completamente ajeno a nuestra historia, no nos pone en un lugar lejano a ellos.  Y no solo es el Deportivo Pasto, son varios equipos del FPC a los que les llevábamos años luz de ventaja y que en el historial reciente nos han recortado muchísimo camino. Es la dolorosa realidad.

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La segunda frase es aún más diciente. «Somos Millonarios, el más grande el país»… Lo dejamos de ser. Ya no somos el más grande del país desde hace bastante tiempo. También duele decirlo, pero el primer paso para recuperar la grandeza es aceptar la verdad. Por años muchos hinchas (me incluyo, por supuesto) defendíamos a capa y espada esa afirmación, la cual era más custionable con el paso del tiempo y con los fracasos constantes de este equipo. 

Dejamos de serlo porque hemos hecho las cosas mal, porque hemos sido víctimas de dirigentes que no buscan el logro deportivo sino el lucro, no viéndolo como algo complementario sino como algo excluyente. Perdimos el rumbo y ese camino está cada vez para oscuro con quienes actualmente tienen las riendas del club. 

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Mis pensamientos fueron interrumpidos por un cántico de las barras populares del equipo… «Si siguen robando, la vida están arriesgando…». ¿Es la forma de protestar? No lo creo. Esos son pequeños/grandes cambios que deben darse para que situaciones de violencia en el fútbol (y en la sociedad en general) dejen de presentarse, por más que haya inconformidad por infinidad de cosas. 

Al final, saliendo del estadio y leyendo Twitter de regreso a casa, vi la cifra de abonados para este semestre. Casi 10.000. Ahí seguimos, pagando el abono más costoso del país y sin ver que ese dinero sea reinvertido en Millonarios. ¿Estaremos haciendo las cosas bien? ¿Vale la pena seguir lucrando a esta directiva mezquina y conformista? Me cuestiono y no tengo respuesta. 

Por ahora me preparo para dejar todo listo y salir temprano el martes para el partido contra Bucaramanga. Ah, y esperando a que aparezca algún jugador libre o alguna ganga del mercado para reforzar al equipo. 

Así comienza un semestre más de este sentimiento profundo y «tóxico» llamado Millonarios. Acá seguimos y seguiremos. 

Por Andrés Rey
@andresreyhdez

Mira aquí las fotos del partido contra el Pasto.