El dÃa después: trópico de Pinto
Sol, lluvia, frÃo, calor, humedad. Vivir en el trópico hace pasemos por todas esas sensaciones en menos de tres o cuatro horas. Millonarios fue algo parecido a eso: un remolino de situaciones que derivaron en una victoria.
Puede que el árbitro Leonard Mosquera, de buen trabajo, se haya apresurado con ese cartón amarillo cuando apenas iban cuatro minutos de juego, pero falta es falta. De ahÃ, un cobro de tiro libre directo donde ni Payares ni MatÃas cubrieron de buena forma al jugador visitante. Ese gol no solo despertó a Millonarios, sino que le indició cuáles serÃan sus errores durante todo el partido. Incluso a los 16 segundos de la segunda mitad, Huila volvió a vulnerarnos. Fueron dos mazazos graves para una defensa que no ha tenido el rendimiento esperado desde el inicio de pretemporada. Un equipo pequeño nos remató cuatro veces y vio dos veces el arco: eso es para corregir.
Con más del 60% de posesión de balón, los tres goles de Millonarios fueron producto de las buenas sensaciones en la parte ofensiva del equipo, que tuvo una gran tarde. Carrillo en dos oportunidades, con un segundo gol precioso (originado desde un saque de banda), pudo regresar con creces de su lesión de cuello de pie. De las lágrimas por la incapacidad, hasta levantar sus brazos al cielo, señalando al Todopoderoso y agradeciendo su anotación. Juan David Pérez (¿acaso tiene cara de ratón para que le digan as�) reinó en el tercer gol, con ese profundo cambio de orientación de Macalister Silva, para que el costeño nos siga regalando goles cada partido.
La fase ofensiva se portó 10 puntos contra Huila. Santiago Montoya, que va retomando su mejor versión, entregó los dos pases para Carrillo: busca el espacio, gambetea, incluye el lujo en cualquier jugada y eso es precioso para los ojos del espectador. Macalister también va levantando el nivel: hay momentos donde luce errático, difÃcil de descifrar, pero ayer mostró más seriedad y serenidad en cada pase. Ovelar es el rey del espacio: lo busca, arrastra la marca y aunque carece de gol, el sacrificio para sus compañeros es innegable. Se abrirá el arco de forma oportuna pero por el momento es quien más debe tranquilizarse para encontrar su tiempo adecuado. Ya vendrán las buenas, Búfalo.
Este inicio de Liga solo es comparable con el año que ganamos la estrella 14: con un punto menos que en esa etapa, Millonarios cabalga como sólido lÃder del torneo, aunque Cúcuta y Junior son los únicos que nos pueden alcanzar. Queda para el debate si este equipo podrÃa jugar mejor, es altamente utilitario con los resultados o si tiene falencias graves para corregir. Por lo pronto, disfrutemos del momento basado en los puntos que tiene.
Si Millonarios gana, nadie está intranquilo. El trópico de Pinto regala torbellinos de buenas y malas sensaciones.
Próxima parada: Estadio de Techo frente a Equidad.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco