El dÃa después: Millonarios reactivo
No sabemos a ciencia cierta qué tipo de producto quiere vender DIMAYOR con su canal Premium. Produce vergüenza mostrar por televisión un estadio lleno de moho, viejo, a medio construir, en cualquier parte del mundo. Aun asÃ, se juega fútbol profesional en un vetusto escenario deportivo que, además de podrido, no deja ingresar hinchas que viajan desde cualquier parte del paÃs. Además, es un tablado que vende comida frente las alcantarillas destapadas.
Seguramente la PolicÃa se escuda pidiendo la cédula para verificar antecedentes pero lo más asqueroso es ingresar cuando el partido lleva 40 minutos de juego y esos viajeros son expulsados cuando no se ha terminado el encuentro. Xenofobia o no, es lamentable: Bogotá es ciudad de puertas abiertas, negadas en otras partes por nuestras claras refriegas en carretera o dentro del estadio.
En cuanto al fútbol, ya se ha señalado que Millonarios es el Señor Jekyll y Mr. Hyde. Un tiempo anda mal, otro bien o viceversa. Esta vez no fue la zona del medio campo donde transitaron los rivales, sino los extremos: Hansel se vio muy mal recuperando balones. Barreto, el extremo que reemplazó a Pérez, jugó un buen partido, para intentar acallar las crÃticas normales a las que se expone como jugador profesional. Siendo consecuentes con lo visto, otra vez los hinchas nos ponemos de acuerdo.
Si querÃamos mano de Jorge Luis Pinto, llegó. Tanto en la confección de la nómina como en los titulares, muchos pasaron al tablero con diferentes resultados. Salazar, el niño que regresó, salió lesionado antes que terminara el primer tiempo. Bertel (¡gracias por utilizarlo!) no fue el mejor pero tampoco el peor y Banguero tiene competencia (¡es hora de presionarlo!); A ‘Cuchilla’ le costó el primer tiempo y luego se aplomó. Digamos que todos superaron la prueba, a pesar del primer gol del Huila.
La desatención en el 1-0 a favor del local produjo una reacción necesaria para Millonarios. Con los cambios, que entraron bien, el segundo tiempo fue un monólogo embajador. Contentos y tranquilos con la leve ventaja, tanto demoró el gol del empate embajador como la resistencia de los locales. El potente disparo de Pérez dejó a Banguera tendido en el piso. Faltando ocho minutos para terminar la igualdad terminó con mejor sabor para nosotros pero no es justo que debamos tener un mal tiempo para reaccionar en el segundo.
En la rueda de prensa, que demoró apenas tres minutos, Pinto fue claro: el Millonarios que todos queremos ver fue el que jugó en el segundo tiempo. Un equipo dinámico, potente, que someta al rival. Costó por la hora en el calor inclemente de Neiva pero no dejemos algo de lado: el próximo escollo será la Copa, definiendo la vuelta de octavos ante un DIM que cada dÃa juega mejor y viene envalentonado por su goleada en el remate de Feria de las Flores.
Que el gol que nos falta para empatar la serie ante el ‘poderoso’ sea como el mismo aliciente producido en Neiva: que sea suficiente reactivo para resolver el partido de vuelta.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco