Tolima Millonarios 2020

El día después: los dos villanos

La memoria llega hasta el año 2007. Había fútbol profesional televisado. Trece años atrás, Jorge Hernán Hoyos, árbitro caldense, era el mejor del torneo. Tolima jugaba ante Santa Fe. El primero ya estaba eliminado y el segundo debía ganar para clasificar a fases finales. El central decretó una falta y cobró penal por la infracción. El escándalo vino porque ese tiro desde los doce pasos jamás debió ocurrir: la infracción fue cometida fuera de área. Central colgado, líneas asistentes indecisos, el VAR apenas era una noción que no se estaba estudiando en la International Board. Todo un cóctel con el que Santa Fe clasificó al siguiente cuadrangular.

Centrar el debate en dos penales que pitaron ayer suena injusto cuando Millonarios saca un empate frente al líder, Tolima, pero Hernán Torres, queridísimo, lo extrañó el VAR en la rueda de prensa y se declaró hincha del mismo. Con la rotación de los asistentes arbitrales remotos, hoy tener justicia es una verdadera lotería. Mediapro tiene la llave pero Mauricio Correa todavía no quiere. El buen funcionamiento embajador se empaña frente a decisiones de terceros. Inmerecido pero eso es lo que tenemos.

Chicho Arango sale figura porque su perrenque se conjuga con su talento. Duque es el jugador con más recuperaciones de la Liga y a su vez, el jugador que más amarillas recibe. Pereira es el cerebro de las acciones en el medio campo y el ariete goleador. Godoy tuvo un rifirrafe con Gamero finalizando el primer tiempo y parece que por eso, Emerson Rivaldo, el joven que tira sombreros, pudo actuar por primera vez como profesional. Vargas es el arquero titular. Juan Pablo Vargas recibe la orden del equipo local, que es jugarle al espacio, y corrige rápidamente. Román le pega con fuerza desde el costado derecho. Ayron volvió en forma de penal. Y así podríamos hablar de las cosas buenas. Hasta que llegan estos errores garrafales que no merecemos. Podríamos haber ganado. O perdido. Eso dependía, esta vez, del árbitro central.

Las cosas buenas tienen premio pero se habla poco de ellas. Se ha transitado un largo camino para ver seis jugadores surgidos de las fuerzas básicas en un equipo profesional. Los muchachos ganan en confianza en la medida que tengan rodaje. Si ellos no están en un terreno de juego, será imposible disfrutarlos poco y venderlos rápido. Hay jugadores que no tienen siquiera la mayoría de edad y son figuras internacionales. Los nuestros ya pueden tomar cerveza pero no los hemos saboreado. Vamos lentamente, viéndolos por necesidad. Ojalá encuentren convicción y bendición por parte del cuerpo técnico.

Con todas esas indicaciones, Millonarios continúa leyendo un mapa que todavía no logra descifrar. Octubre, calendario mediante, se erige como el más difícil de los tesoros. Jugará partidos dentro y fuera de Bogotá por Liga. La Copa Sudamericana, objetivo real, a la vista, nos pillará a finales de este mes. Puede ser imposible pensar en ese trofeo, pero es lo que hay. Por lo pronto, Millonarios tiene la enorme tarea de volver a ganar un partido de fútbol. Ese es el objetivo. Hágame el favor.

Hoy nos acordamos de Jorge Hernán Hoyos por esa jugada nefasta en Ibagué. Desde ahí no volvió a pitar. A partir de este momento, Luis Fernando Trujillo, central, y John Gómez, de Antioquia, serán señalados por sus malas decisiones. Los árbitros siguen referenciados, son los villanos del fútbol y hacen regalitos, como nos pasó ayer. ¿Será que ellos dos serán parados como Gustavo Murillo y Luis Sánchez, borrados de toda designación en 2020? La Comisión tiene la palabra.

Próximo parada: Millonarios recibe a las Águilas Doradas en Bogotá.

Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco