El día después: las alhajas al cuidado de Reinaldo
En uno de los programas de entrevistas del canal dueño de la transmisión del FPC, César Augusto Londoño entrevistó a Alexis Mendoza hace varios años. El arquitecto le preguntó al técnico en propiedad por la historia de un suceso que nunca pasó. Indagó por la veracidad de una oferta por parte de Millonarios hacia Reinaldo Rueda. El caleño había dicho “acepto”, pero con una condición: Alexis, fiel colaborador, debía acompañarlo en el arco norte de El Campín. Su ex asistente declinó la oferta del maestro. Prefirió tomar vuelo en solitario para dirigir al Junior de la casa Char. Ese reloj, lastimosamente, no estaba sincronizado. Así es la historia hasta hoy.
Felipe Román y Andrés Llinás, bogotanos, hijos de la base formativa embajadora, fueron llamados para los tres juegos de Eliminatorias a Catar, tierra de jeques y clubes – Estado. Júbilo y vanidad embajadora. Ver las fotografías y vídeos, entrenando cerca del Parque de los Novios, en el corazón de la ciudad, en ese predio lindo y novedoso, fue una victoria moral para nosotros. Es como esa bandera que vemos en el estadio: “el orgullo de ser bogotano”.
No hubo demora en homenajear a dos jóvenes capaces. Salieron a flote las fotografías del progreso alguna vez soñado por el joven rubio: desde ser recogebolas hasta líder actual de la zaga defensiva. Román, con una falsa miocarditis a cuestas y un pase frustrado, hoy puede olvidar ese trago amargo con sabor a vino rancio argentino. A pesar de la decisión deportiva de eliminar categorías formativas, Millonarios cuenta con jóvenes promesas que, dentro de cinco años, o menos de acuerdo a la precocidad, serán protagonistas de la plantilla profesional.
Anormal o no, con otros jugadores por encima de ellos o no, merecido o no, Rueda nos regaló en igual cantidad de convocados, dos cosas poco vistas en el último tiempo: valor y prestigio. Son una dupla de jugadores seleccionables, listos para el alto rendimiento en selecciones y la competencia internacional. La discusión no será si son mejores o peores sobre otros. El tema de fondo es la existencia de un radar encendido por parte del seleccionador nacional, que necesita encontrar oro en casa propia, prometiendo aprecio por la materia prima local y arrojando como resultado, después del bateo a la orilla del río, pepitas relucientes llenas de cuantía.
Reinaldo, con experiencia local verificada y sabiduría expresada en canas, es uno de los técnicos mejor capacitados en el ámbito internacional. Contra todo pronóstico no ha objetado la existencia de idoneidad nacional y, para dolor de algunos, talento bogotano.
Algún día llegará la coincidencia de horarios entre Millonarios y Don Reinaldo Rueda. Ojalá, en el futuro, pueda pasar por acá y dejar su impronta como formador de competitividad. Él vino, entró a nuestra casa, observó las joyas y pidió permiso para exhibirlas en un desfile de tres partidos en Bolivia, Paraguay y, ¿por qué no?, Barranquilla.
Esos dos muchachos son nuestras alhajas marca Cartier. Gracias, profesor Rueda. De corazón, muchas gracias por darnos un poquito más de reputación.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco