El día después: la cara de la alegría
Todo es risa. Todo es jolgorio.
Estallan de dicha Juanito, Montero y Mackalister cuando Vanegas declara en rueda de prensa. Salen despavoridos con una perfecta mueca de satisfacción. Es una linda muestra de la solidez del camerino, esa de la que pusimos en tela de juicio en algún momento. Los hinchas, lavados, con sus capas blancas y azules, o chaquetas bomber, o chubasqueros, buscan el transporte público o privado, alineando su mente y corazón con miras en la intersección que habita entre el delirio y la utopía que otros han disfrutado: se llama ‘doblete’. Ante Pereira se dio un paso fundamental para seguir completando esa figuración de las otras lágrimas de felicidad que necesitamos disfrutar.
Pero cuando hay que ser serios, nadie titubea. Esa camiseta no debe pesar, aún la lluvia sea recia. Hay que sacar a relucir la chapa de reciente campeón y ellos le están dando a la gente una suerte ilusión que se empezó a cimentar desde hace unos buenos días atrás, con un trofeo de color ocre o terracota. Es obligatorio nutrir el sueño con el esfuerzo inagotable, así nuestros queridísimos rivales de patio sigan alimentando fantasías de amaños cuando ellos, como locales, no pudieron un día atrás en el mismo escenario. Se ha trabajado muy duro para llegar hasta acá, con la responsabilidad que emana cuando otros dicen “ellos ahora sí son los favoritos”. En medio de esa sensatez de juego, todos colaboran y nadie se queda atrás. Ni Larry, ni Gómez con su golazo de cabeza, ni Álvaro con dos atajadas providenciales y un pase gol de otro planeta.
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Don Alberto no va a descansar, sino a recuperarse. Eso dice. Y nosotros le creemos. No quiere relajación ni tregua y el trabajo será a tope. Será un poco más de una semana para que ellos regresen a las labores propias de un equipo cojonudo que ya vio la gloria y dejó de ojearla con timidez. Nuestros próximos once días serán para recalibrar sensaciones diferentes a la angustia que vivimos en el último mes. Esta hinchada que llenó el estadio un lunes festivo, ya empieza a tomar la cara de la alegría.
Deberíamos ir a cine, ver otros paisajes, leer un libro, o disfrutar a nuestros seres queridos. Es hora de tomarnos unas vacaciones de nosotros mismos. Necesitamos regresar recargados y afiladitos para los próximos tres partidos.
Porque todo es risa. Porque todo es jolgorio.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco
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