El día después: el fútbol base toca la puerta
La generación que nos toca observar está llena de niños, con cámara mediante, que quieren ser ricos y famosos en un chasquido de dedos. Los influenciadores están a la orden del día. Nos volcamos de cabeza para ver sus redes sociales. Eso es lo que vende y divierte. Sin embargo, la autoridad de ellos pasará a la historia como una muestra de la estupidez masiva. O del verdadero cambio que, en este caso, necesita el fútbol de Millonarios.
Van dos noches seguidas con victoria. Hace seis partidos que no perdemos. Anoche sacamos el arco en cero. Ni el más optimista diría que estaríamos cerca del grupo de los ocho. Mucho menos pensamos que cinco jugadores del fútbol base serían protagonistas desde el inicio. Usamos ocho en 90 minutos. Siempre estarán más cercanos a nuestro corazón porque preferimos perder con ellos: ahora sentimos que deben aplicar el segundo paso, disputarle el puesto a los experimentados. El tiempo se agota para esperar jugadores con experiencia y poca determinación.
Por coincidencia, necesidad o creencia, Alberto Gamero se ubicó en la realidad que le toca vivir. A trompicones, hoy debe alinearlos aquellos que están en fase de crecimiento deportivo profesional. Ya no tiene tantos experimentados en su equipo: o están lesionados, o en fase eterna de recuperación médica. Anoche fuimos más felices: Felipe Román fue capitán, Juan Camilo García será el capo del medio campo del futuro inmediato y Steven Vega el próximo líder natural. Ya sabíamos que ellos serían los próximos en despuntar: solo faltaba un poco de confianza.
Patriotas nunca disparó directamente al arco. Pacato y austero, solo pudo mandar el balón al área en dos pelotas finales, en el segundo tiempo, a ver si pescaba en río revuelto. Esos últimos minutos fueron desagradables porque, ahora sí, el discurso de merecer pudo tener eco en rueda de prensa. No hubo más goles porque, otra vez, nos cogió ventaja la tortuga: Carlos Mosquera, arquero visitante, fue el tercer portero embajador hace algunos años y la figura del partido global. ‘Junior’ atajó cuatro disparos directos. Se erigen como protagonistas aquellos que pisaron nuestras canchas alguna vez. Nuestra ley del ex inscrita en tabla de mandamiento.
El fútbol base de Millonarios quiere tener ascendencia en el técnico. Será responsabilidad de él atender ese llamado. Ojalá no haga oídos sordos, tanto de la calidad, como de la cantidad que hacen cola para demostrar en el equipo profesional. Elíser es la muestra de las decisiones de nuestro técnico: renovado recientemente, desde la fecha 10 no ha visto convocatoria. Estoy convencido que jugaríamos mucho mejor si dejamos de pensar que esta generación no está suficientemente capacitada para el trabajo.
Crean en su propio discurso empresarial sobre el fútbol base. No veamos pasar la vida de estos grandes muchachos. No los desperdiciemos. Luego nos puede costar, entre otras cosas, cuatro atajadas en un partido que pintaba perfecto para bajar la triste diferencia de gol y la entrega formal de sus derechos deportivos.
“Toc, toc. ¿Quién está ahí?”
Próxima parada: Junior de Barranquilla, en el Metropolitano.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco