El día después: el cambio es ahora
Recuerdo la frase de campaña de Andrés Pastrana, ex presidente de la República y presidente honorario de Millonarios Fútbol Club: “el cambio es ahora”. Acá no se habla de política, pero la expresión cae como anillo al dedo.
Los equipos jóvenes son combativos e incómodos, difíciles de descifrar y más aún, peligrosos a la hora de jugar, porque no tienen nada que perder. Así fue Fortaleza: el equipo más chistoso de la segunda división, liderado por una agencia de publicidad, no sacó canas en la fría noche capitalina, sino que logró molestar lo más posible al equipo de Jorge Luis Pinto.
La cifra entregada por la oficina de prensa es escandalosa y promisoria: “de los 17 convocados, 11 provienen del fútbol base, ocho tuvieron minutos de juego, cinco fueron titulares, dos jugaron su primer partido profesional y uno de ellos debutó como profesional”. Ahora llegaremos a ese último ítem.
La alineación titular no fue sorpresa, sino pura alegría: ver los jóvenes de Millonarios en una cancha de fútbol, es sencillamente impresionante. ¿Recuerdan cuando acá vinieron jugadores mercenarios, que no nombraremos, para vestir esta gloriosa camiseta, que nunca sintieron al club y en forma de cántico pedíamos la cantera, por allá iniciando el año 2000? Llegaron 17 años después: una generación completa.
Desde Andrés Chitiva, pasando por Pedro Franco, con paradas de Santiago Mosquera y ahora último Juan Camilo Salazar, no se puede decir que Millonarios es una fábrica de jóvenes talentos, pero sí es un indicador que las cosas se están haciendo bien. Nombres y apellidos como Klíver, Dívier, Rengifo, Vega y Paz, serán los que retumbarán los oídos de los hinchas. Ahora tenemos nuevos nombres y estamos escasos de nuevos ídolos: debemos estar convencidos que serán ellos.
Capítulo aparte para Juan Camilo García, el número 13 debutante. El documental “Take the ball, pass the ball” narra las peripecias de Pep Guardiola en la época gloriosa del Barcelona FC. Si bien no somos comparables con ese estilo de juego, García mostró algo que no es muy común en esta época del fútbol moderno: jugar simple y sencillo (toma el balón, entrega el balón) es más precioso para la retina, de algunos, antes que una finta, gambeta, chilena. El debut de García y su modo de juego es un bálsamo para la hinchada, que debe apreciar este joven valor desde lo táctico, físico y, sobre todo, lo mental. Hay que llevarlo paso a paso, está en formación, pero es una preciosa ruptura dentro del sistema. Será un jugador excepcional.
Los jugadores grandes, como Elíser -con gol- y Barreto, más que deuda, deben aportar esa plusvalía de la experiencia en cancha. Buenos o malos, está bien que jueguen mal, pero ser opacados por juveniles, antes que erigirse como ejemplo, no queda nada bien. Carlos López, otro grande, quiere ganarse cualquier puesto, el que le toque: ayer jugó de enganche, pasador, casi volante, y dentro de todas esas posiciones tácticas, fue otro elemento diferencial. Cuando hay hambre y ganas, ninguna oportunidad se desperdicia.
Esto es fútbol: podíamos perder frente un equipo pequeño, pero no se pueden despreciar. Hay una piedra angular en el camino de Millonarios hacia el futuro; sin embargo, algo quedó muy claro: el cambio es ahora.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco