El día después: autocrítica antes del clásico
“Nos faltó construir, elaborar fútbol, generar más volumen de ataque, llevar la pelota desde atrás (…) Tú has dicho lo que yo tenía decir: nos desesperamos, fuimos intranquilos, cometimos los errores del fuera de lugar; pensamos en explotar la línea pero caímos en esa trampa. Son detalles que nos faltaron y eso nos permitió no tener un buen partido acá.”
Las palabras en comillas de Jorge Luis Pinto, serenas y directas en el Estadio de Ipiales, resumen el partido que llevó a perder tres puntos y completar la misma cantidad de partidos sin ganar en Liga. Esa tranquilidad, de quien sabe que ha cometido errores, se complementó con su cara de frustración en la rueda de prensa: abatido y por apenas cuatro minutos, supo sortear las preguntas de los colegas periodistas.
¿Es el peor partido en la era Pinto en Millonarios 2019? No hay ninguna duda. La calentura de Cristian Marrugo finalizado el encuentro, invitando a pelear a un jugador rival, es la muestra fehaciente de un equipo al que le dolió perder en condición visitante. Y en cualquier escenario, para ser claros: la derrota daña el buen ánimo del líder de la Liga. De los doce días de descanso que tuvo el equipo A se rescatan pocas cosas: falta de presión, entregar el balón de buena manera y sobretodo, se extrañó ese “fuego sagrado” para afrontar un partido cargado de emociones para todos esos hinchas que viajaron hasta la ciudad fronteriza, seres humanos que aman el equipo pero no lo pueden ver de forma constante. No hubo espectáculo para ellos y para nadie, salvo para los que nos quieren ver caer.
Muchas veces la victoria deforma conceptos tácticos que se olvidaron dentro del terreno de juego y así Ramiro Sánchez haya sido el más destacado, especialmente en el primer tiempo, el equipo no se salva de su mala actuación. No hay necesidad de señalar los culpables porque todos sabemos quiénes son: ganamos en equipo y perdemos de la misma manera. El señalamiento queda para la autocrítica, esa que nuestro líder tuvo al enfrentarse a los micrófonos. La derrota hoy enseña que debemos estar tensionados para no dejar caer la posición en la tabla y muestra que el dolor que sienten ellos es doble o triple en nosotros.
Pero así como Pinto mostró desasosiego y hasta cierta pena por lo mostrado por sus dirigidos, la mirada serena sobre el futuro abarca hasta el siguiente partido de Liga: Santa Fe, quien está muy mal en la tabla de posiciones y vuelto un cabaret por sus dirigentes, jugadores y algunos hinchas, debe pagar los platos rotos de una mala actuación de Millonarios contra Deportivo Pasto.
Es momento de volver a barajar, salir con el cuchillo entre los dientes y oler sangre desde hoy y hasta el final del clásico capitalino. Mucho ojo: ellos, los vecinos, ya no tienen nada más que perder. O bueno, sí: el alma, esa que dicen tener. Es un partido fundamental para nosotros.
Próxima parada: Estadio Nemesio Camacho El Campín, ante el clásico rival de patio.
Leandro J. Melo C.
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