El dÃa después: algo que no necesita explicación
Por cosas de la vida, hoy pasé por la sede de Independiente Santa Fe a las 8:30 AM. Mientras iba en el carro, bajé la velocidad para ver qué sucedÃa allá. Seguramente no era la nómina profesional, pero en el centro del campo veÃa un técnico hablando con varios jugadores. Imaginé, por un momento, a Grigory Méndez dando sus puntos de vista sobre otro clásico perdido, buscando explicaciones en la derrota. En la raya, anoche, él se vio desencajado durante el partido, con una cara de angustia permanente, sin ninguna respuesta, porque ellos podrÃan jugar el partido ahora mismo y no harÃan un solo gol.
Tal vez debe ser uno de los clásicos menos emotivos, pero sà uno de los más técnicos y bonitos realizados por Millonarios en los últimos años. No vale la pena hacer hincapié en todo lo bueno del juego y del sistema. Acá lo importante, para el deleite azul, es saber que después de esas dos condiciones y del empate contra América, la actitud solicitada fue la mejor. Eso, en este tipo de partidos, es fundamental: saber que debemos ganarles siempre. O cada vez que nos enfrentemos.
La hostilidad del grupo popular que hizo las veces de logÃstica o vigilancia, por la posible asistencia en masa sin camiseta azul, fue el perfecto abrebocas para la definición de Román, el zapatazo de Giraldo y las salvadas del arquero debutante Ruiz. A pesar de la rivalidad entre hinchadas, nunca habÃa sucedido eso de tener seguidores santafereños en los filtros de ingreso al estadio. Es inédito. Una actitud vergonzosa. Reprochable. Actuar o querer parecer una fuerza ¿paramilitar? cuando ellos se definen populares o antifascistas, no tiene asidero.
Seguramente no fuimos en masa por la posibilidad latente de represión. Al final no fue necesario: en la cancha, once jugadores y un cuerpo técnico, todos unidos, trataron con respeto al balón, el espectador y la historia del fútbol bogotano, de Millonarios. Van 304 rounds y nos faltan muchos más.
¿Qué es un clásico? Algo que no necesita mucha explicación. Como esas que Méndez no puede tener, no puede entregar.
Leandro J. Melo C.
Twitter: @lejameco