Clásico de visitantes

El clásico de visitantes…

Si un día tengo hijos y/o nietos, espero contar esa historia de haber visto a mi equipo campeón como visitante en la cara del rival de patio, una gesta tan hermosa como heroica, tanto como para igualar el 17 de diciembre de 2017 al 16 de diciembre de 2012, la fecha que parecía ser la más feliz para mínimo dos generaciones de hinchas que esperaron 24 años por sentir por fin lo que es salir campeón de verdad y no a través de equipos de otros países.

Ese día, rodeado de miles de rojos, pudimos celebrarles un campeonato en sus narices, tal vez la gesta más grande que puede darse en una rivalidad entre dos clubes con tradición e historia. Pero no ha sido la única vez que he podido salir victorioso del estadio luego de celebrar en un clásico de visitantes. Si me ponen a escoger, siempre será mejor ir al clásico de visitantes que al que se juega de local, solo por la sensación post-partido.

Claro, lo mejor fue darles la vuelta, y sé de muchos hinchas que, por dejarse llevar de malos consejos, se perdieron ese partido y se arrepienten en el alma. Pero hay otros clásicos capitalinos en los que Millonarios ha dañado la fiesta de Santa Fe, que prepara el partido contra nosotros como se prepara la fiesta de los primeros quince años de una mujer, es el evento del año.

Hace tres años, el 17 de mayo de 2015, hubo otro clásico que dejó una linda gesta: Millos perdía 0-1 al finalizar el primer tiempo, y luego, empató, remontó, siguió de largo, clasificó a las finales, y de paso, eliminó a Santa Fe. De aquel 3-1 se recuerda a Ricardo Lunari, completamente enloquecido, celebrando aquel triunfo. Ese día, le dije a mi hermano «lo único que supera esto es que les demos la vuelta en la cara», y pasó.

En 2013, Máyer celebró su gol 100 en un clásico en el que éramos visitantes. Un año antes, ese mismo Máyer anotó un golazo en el último minuto con el que le ganamos a Santa Fe, otra vez, como visitantes. Desde la tribuna sientes que tocas el cielo con las manos, y volteas al lado y ves a una comunidad santafereña herida, aburrida, que cambia los cantos por el silencio y se retira del recinto antes del final del partido, llena de amargura. Ese es el plus de celebrar un clásico de visitantes.

La lista sigue: en 2011, Santa Fe era local por calendario pero Millos llevó más gente a las tribunas y ganó el clásico con goles de Ganicita Ortiz y Carpintero; el 16 de septiembre de 2007, el triunfo número 100 de Millonarios sobre Santa Fe, con gol de Gerardo Bedoya, se dio en un clásico en el que Santa Fe era local. En 2005, Gabriel Fernández se mandó un golazo de tiro libre desde el costado de Occidental, en 2001 un gol de Diego Moreno sobre la hora terminó con las ilusiones santafereñas de avanzar a la gran final con solo 2 mil hinchas azules en el estadio porque al otro día jugábamos la final de la Copa Merconorte…

A Santa Fe, Millos le ha ganado más de 100 veces, por Liga y por Copa. Pero las mejores victorias sobre el rival de toda la vida son aquellas en las que puedes ver a la hinchada rival saliendo cabizbaja del estadio. Por eso, toda la vida, siempre será más lindo ir al clásico de visitantes. A mí no me salgan con que la taquilla es para el rival, porque yo voy a ver a Millos. Si fuera por eso, nadie viajaría, y esta es la hinchada más viajera del país.

Twitter: @elmechu