Millonarios Patriotas 2022

Con Cabeza Fría: «Que esto pase ahora»

Que tanto Millonarios como Santa Fe ajusten bien el cinturón y los pantalones y le exijan al IDRD que, si va a prestar el estadio que administra y que fue donado por don Nemesio Camacho y su familia PARA HACER UN ESCENARIO DEPORTIVO, firme pólizas serias en las que el operador respectivo de cada concierto garantice la protección de la gramilla o pague las multas y corra con los gastos de recuperación necesarios. Porque es descarado e inaudito que los jugadores eviten calentar en el césped para no afectarlo más de lo necesario, se arriesguen a varias lesiones, y que el simple hecho de trotar vaya dejando las huellas marcadas, como si fuera nieve verde. Que esto pase ahora y no en las finales.

Escucha aquí la columna

Que los compañeros de Juan Carlos Pereira, Yuber Quiñones y en ocasiones los dos Danieles se atrevan a pegarle de media distancia. Que si no se puede llegar hasta las barbas del portero rival, se intente rematar más. Que le hagamos ensuciar el uniforme a Castillo, Cuesta, Marmolejo y Chunga porque se lancen a atajarnos balones y no sólo porque se revuelquen por dolores falsos que los jueces compran; porque es muy complicado ganar un partido cuando en 100 minutos no hay ningún disparo directo a portería. Que esto pase ahora y no en las finales.

Que se le pierda el miedo a la terna arbitral y a los apellidos que hacen sentir que la elección del juez queda en familia. Que nuestro capitán, tenga el dorsal que sea y el apellido que sea, entienda que al usar la cintilla en su brazo izquierdo tiene como una de sus funciones ser el delegado para presionar al central cuando nos toman del pelo, simulan, queman tiempo haciéndose los lesionados a centímetros de la lateral, nos anulan penales nítidos o no los pitan teniendo un agarrón a nuestro defensa central en sus narices. Que sepa que aunque hay un cuarto del VAR distante a él que incita al árbitro a errar, es éste el dueño de las decisiones definitivas y puede tanto tener en cuenta lo que le dicen por el audífono como mantenerse en su ley, como responsable máximo de impartir justicia. Que nunca JAMÁS justifique su parsimonia en ruedas de prensa afirmando que para qué hace su labor si el sistema cambió. Que esto pase ahora y no en las finales.

También te puede interesar: La sombra de la presión indebida.

Que no pequemos en doble vía jugando al pastorcito mentiroso. Porque cuando te tiras por todo contacto durante todo el semestre (todo el año) los árbitros dejan de comer cuento, por más real que sea, y en el momento en el que un lobo sí te haya atacado, nadie va a venir en tu ayuda. Y ahí viene la doble vía, porque llegamos al punto que ni tus propios compañeros van a creer que te hicieron una falta y van a seguir jugando, restándole importancia a una acción que sí era digna de tarjeta, revisión y tiro penal a favor (aunque eso no exima de responsabilidad al actuar paupérrimo de los siete jueces). Si se es menos exagerado en las faltas, se deja de actuar ante cualquier contacto y se piensa más en jugar fútbol, las jugadas violentas volverán a ser tomadas en serio y las ovejas no serán engullidas. Que esto pase ahora y no en las finales.

Aunque es trabajo de un director técnico saber el número de fechas que lleva su equipo sin ganar, Alberto Gamero no lleva la cuenta o no la quiere reconocer. Y la preocupación de las cuatro de Liga, sumadas a la final de Copa, llenaron el discurso del hincha con esa muletilla moral del anhelar que el cúmulo de errores se sufra ahora, con tal que para cuadrangulares se aprenda de ellos y no ocurran de nuevo. Pero para hablar de finales hay que asegurar el cupo a ellas, ganando y clasificando, y dejar de pensar que ya estamos listos cuando ni a un equipo descendido podemos superar. El bajón, real y tangible, también va llenando al impotente enamorado azul de suspicacias, miedos y sospechas de metidas de mano; de confabulaciones y relaciones entre los resultados insospechados que finalmente se han dado y las altas cuotas en casas de apuestas; como una hincha Embajadora sentenciaba en su dolor post-Patriotas: «Menos mal que ustedes no pagan mi amor por Millos y de ahí que yo pueda decir que ahí hay gato encerrado. El equipo estaba muy bien para ver el fiasco de los últimos 4 o 5 partidos. Eso no es baja de rendimiento, ahí hay plata». Que todo, hasta la peste fétida de esas dudas que todos hemos tenido, se dé ahora y no en las finales, la del 2/11 y a las que mañana tenemos que llegar.

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano