Millonarios Bucaramanga 2022

Con cabeza fría: Novelas y novelones

Un título dice mucho de un libro, una película o cualquier texto. Creo que por ello me cuesta tanto titular mis columnas, porque sé que las primeras palabras son un enganche para que el lector (o espectador, o comprador) se anime a continuar y trate de compartir la idea que quiero transmitir en mis notas.

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Pero no nos equivoquemos tampoco, un buen título no precede siempre un buen texto; bien lo sustentarían algunas novelas que tuve que leer en la universidad que, a ojo, podrían sentirse muy llamativas para un lector que no conociera su contexto o al autor; pero luego de los primeros capítulos el fiasco era inocultable y el nudo y desenlace, una predecible decepción.

El martes en la noche sentí eso con las declaraciones de Alberto Gamero después de otro pobrísimo empate contra Bucaramanga. Inicia su primera respuesta con un “Ya uno viene a la rueda de prensa porque tiene que venirâ€, una antesala maravillosa que auguraba algo diferente a lo de siempre; tal vez un desahogo, una autocrítica contundente, algo de sangre en el resto de la y las respuestas, y por qué no, rebeldía frente a las directivas o sus mismos jugadores timoratos y torpes. Pero al final estuvo muy lejos de ser un ‘Todos los fuegos: el fuego’ o ‘El club de los suicidas’ y fue más un ‘Amalia’ o un ‘Juntacadáveres’. Porque el resto de intervenciones fue un hilo irrompible entre el libreto de cada “reflexión†y las expectativas de los periodistas y escuchas. Todos saben a lo que juega Millonarios, y todos sabemos lo que se dirá en la rueda de prensa.

Hablando de congruencias y correspondencias, resultó inobjetable la coincidencia entre este inicio de declaraciones y los dos primeros tiempos de las salidas que hasta ahora le hemos visto a Millonarios: una premonición de fuerza e ímpetu, algo distinto y que logró llevar algo de sorpresa al espectador. Para luego caer en el letargo de la obviedad y el costumbrismo, al mejor estilo de otro tipo de novelas: ése de origen mexicano y corte audiovisual en el que el parlamento, las traiciones, los desconciertos y los desenlaces son tan rutilantes como esas pegatinas de lunas, planetas y estrellas con las que de niños decorábamos los techos de nuestras recámaras.

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Sigue su curso esta historia llamada Millonarios 2022-2. Y aunque en Medellín se puede venir un quiebre y la catapulta que el club necesitaría (por el bien de todos, que así sea), continúa la mella de haber visto un equipo roto en ideas, desaplicado “a lo maldita sea†y yendo en contra del estilo marca ‘Gamero’. La pregunta es “¿tendrán los jugadores un objetivo con todo esto?â€. Porque el libreto del director sobre los rivales que no nos pasan por encima, sobre lo que generamos, sobre lo que intentamos, es la ficción que no oculta la realidad: dos equipos sin ser superiores ni arrollar a Millos nos robaron dos puntos, que pudieron ser seis de no ser por Ãlvaro Montero, el hasta ahora personaje menos desapercibido.

La moraleja del cuento: no se necesita NO verse superado por el rival, dominar o generar juego. Se gana y se clasifica con goles y sumando de a 3 en Bogotá. El final feliz es otra historia.

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano