Nacional Millonarios 2022

Con Cabeza Fría: de cal y de arena

Era gol legítimo de Olivera, digámoslo sin sonrojarnos. Tal vez de ahí pueda partir o afianzarse una de tantas diferencias entre clubes. Una noche que se pintaba no verde, sino tan oscura como obscura, que parecía despertar de nuevo todos los fantasmas de 2000, 2013, 2017 y otras tantas ánimas del Atanasio que ustedes seguramente recuerden mejor, decidió revelarse y vestir de gallardía y amor propio la noche antioqueña.

No fue un partido perfecto, está claro también. Ni un figurón como Larry se salvó en la permisividad del primer grito local convalidado, Carlitos renunció a poner la lápida en el primer tiempo, los brillantes Llinás y Murillo durmieron en el último de los 4 goles, Diego no contó con fuerza en esa puntada que tuvo, y hasta el superfluo Macka en una noche en la que jugó desnudo se comió un gol clarito que, de haber sido Herazo, estaría aún en el escarnio público. Y aún así presenciamos uno de los mejores partidos de Millonarios en la era Gamero.

Mira aquí La crónica del empate en el Atanasio.

Y así como lo compartí en mi cuenta de Twitter, la convicción y tranquilidad de este grupo Embajador contagia, impregna los poros y las venas. Tanto así que el duelo de pasado mañana lo estemos viendo muchos como accesible, como posible, como el resquicio que nos permitiría ojear con ilusión la clasificación. No sólo por la tabla y el momento futbolístico de Junior, sino porque vemos que estos muchachos de Alberto se metieron en la cabeza que no quieren ser más los segundos.

Podemos reconocer sin problema que en 12 minutos debimos ir perdiendo 2 o 3-0. Pero también que el mismo Olivera y Candelo debieron irse a las duchas. Que fuimos fuertes y valientes. Que recompusimos una potencial noche de terror. Que una Libertadores robada decorando un césped y «45.000 muñecos» no quebrantaron el espíritu de estos pelados. Entienden dónde están y lo que representan. Y eso nos debe llenar la camiseta y el corazón azules en este próximo vuelo a Barranquilla. Y nos debe convencer que todo lo podemos (y tenemos) que ganar. Y nos debe seguir llevando a soñar con los pies en la tierra y la mirada en el cielo, como bien concluyó nuestro director en el cierre del todos contra todos.

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PD: Feliz cumpleaños, my key querido. ¡Qué regalo te adelantó nuestro Millonarios! ¡Y qué sorpresa seguro te tendrá este sábado cuando nos reencontremos para ver al Club que nos presento en Oriental general sur! Sigamos siempre soñando. 

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano