Canto de gol: las dos películas
Anoche regresamos a casa después de una tarde-noche feliz. Repetimos los goles y en redes sociales hablaban todos de las dos películas del primer domingo de marzo: Anora, la gran triunfadora de los premios de la Academia, y Millonarios – Tolima.
Me había ido en el camino escribiendo la crónica del partido, hablando de cómo aplicamos la fórmula del 10×3. Pero al llegar al estudio ya debíamos empezar a palpitar el siguiente largometraje del primer lunes del mes. Millonarios – Orsomarso, la función para la que pocos tenemos colilla de ingreso.
Entre la grabación de la previa, las últimas repeticiones de las celebraciones de David González, Álvaro Montero y Leonardo Castro y repasar la lista de convocadas por la profe Angie Vega se me dificultó conciliar el sueño. Así que fui pensando en la idea conductora de esta columna, encontrando un símil entre las dos películas distintas de fin e inicio de semana.
Una, con poco más de 28.000 espectadores desafiantes del frío y la lluvia, pagando una costosa entrada y saliendo felices en medio de las bolsadas de maíz pira sobrantes. Otra, sin siquiera boletos a la venta al mejor estilo de las funciones exclusivas para críticos y prensa cuando una película tiene sus proyecciones de prueba.
Será la primera puesta en escena de Millonarios Femenino en casa, para el juicio en vivo de unos pocos privilegiados con acreditación y ARL exigida por el nuevo administrador del teatro (así el empleador no tenga nada que ver con el espectáculo). Día hábil, horario laboral, función privada con 30.000 sillas malgastadas.
Hay dos culpas exonerables de Millonarios. Los que alquilaron el teatro para la ceremonia doble de Shakira, incapaces de entregar la cancha a tiempo para las dos películas con una misma boleta el domingo. Y ese nuevo dueño del aviso llamado Sencia, del que se confirmó el viernes pasado está cobrando un elevado costo de préstamo de la sala de cine más importante de Bogotá.
Y aquí le doy la derecha al equipo. Costear un alquiler altísimo, logística y algo de comida encarecida para tener sólo 50 a 100 espectadores es en absoluto rentable. De ahí que la intención para 2025 sea siempre buscar los dobletes y/o los dos escenarios alternativos en Kennedy u Olaya en los tres clásicos del semestre. No es un golpe en la cara al espectador, sino uno de realidad ante el poquísimo interés en las producciones de la directora y las actrices.
Podré decir entonces que viví las dos películas de inicio de mes en condiciones muy distintas. La primera desde mi puesto costeado de hincha. La segunda, con un beneficio que disfruto apasionado y de corazón por un sueño que empieza apenas su camino. No es lo ideal, pero es lo disponible. Ojalá al menos los dos finales de las historias sean igual de felices.
El canto de gol para acompañar esta columna es ‘Hidden figures’ banda sonora de otra gran historia y producida por Pharrell Williams:
Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano