Canto de gol: la primera vez

22 días. 528 horas. 31.680 minutos. 1’900.800 segundos. Fue mucho el tiempo de espera para volver a elegir camiseta, a los rituales prepartido y cábalas, a la lectura de estadísticas y previas. Pero volvió Millos al fin como si hubiera sido la primera vez.

Y volvió con todo lo que conlleva. Volvió la lista de convocados y el registro fotográfico en los aeropuertos de los jugadores, el cuerpo técnico y los hinchas que despiden y reciben al Club, respectivamente. Y lastimosamente volvió también el Millos sin sorpresa, derrotado, sin rematar al arco, sin argumentos ni en la cancha ni en la dirección técnica. Sin errores resarcidos y con la hinchada como la única figura del partido.

Esa primera vez se jugó por partida doble para los hinchas de Millonarios en Sincelejo. Pudimos ver el feliz recibimiento en Corozal, en la capital de Sucre y en el estadio Arturo Cumplido Sierra al alentar al Embajador en la horrible derrota contra Águilas. Pero no fue en realidad la primera experiencia similar este semestre, ya habíamos visto la emoción de la gente en Valledupar por alojar al equipo en la fecha 3.

A diferencia de los juegos contra Alianza y el equipo nómada, el próximo domingo no será la primera ocasión en la que Millos juegue en Villavicencio. En 2003 el rival fue Centauros y el Estadio ‘Rey Pelé’ se llamaba Manuel Calle Lombana. Yo lo conocí once años después de eso, cuando en un bochorno terrible de medio día vimos al equipo perder 2-1 por Copa contra Llaneros en 2014. Un juego entre semana, 11:00am y en medio del Mundial de Brasil, razones que no le importaron al hincha bogotano para copar la capital del Meta.

Ahora con otro nombre, el estadio Bello Horizonte y Villavicencio tendrán la oportunidad inusual e histórica de ser la casa de Millonarios, uniéndose a la ‘Nacho’, el Metropolitano de Techo, el estadio de Girardot, y Tunja, Manizales y Medellín, entre otras ciudades y municipios que han visto a Millos oficiar como local.

No pude evitar emocionarme con la alegría de los hinchas el viernes pasado al recibir al equipo en Corozal y Sincelejo. Y después de haber compartido con grandes hinchas y compañeros de Mundo Millos en Yopal el día que la llegada de Falcao al Club fue confirmada, pensaba en la impotencia que sentirán muchos por tener al equipo en su ciudad y no lograr un lugar en el estadio para verlo enfrentar a Patriotas.

Las maniobras de mercadeo y la preferencia para los abonados de Bogotá y El Campín se salen de nuestras manos, y al lunes de esta lectura ya poco se podrá hacer para que los hinchas llaneros puedan adquirir una entrada propia en la web. Por eso la invitación para todos los que, como yo, tengan una boleta y no puedan viajar a ‘Villao’ por temas personales, la cedan a un enamorado azul que viva en el Meta y pueda asistir con mayor facilidad al ‘Rey Pelé’.

Me ofrezco con gusto hacer el puente para comunicarse con ellos y venderles el ingreso a la que, posiblemente, sería también la primera vez alentando a Millonarios. Nosotros tendremos más canchas y más tardes y noches en Bogotá para celebrar o sufrir. Pero darles a ellos esos 90+ minutos en su hogar valdrá toda la pena del mundo.

El canto de gol para acompañar esta columna es ‘Y dale alegría a mi corazón’ del cantautor rosarino Fito Páez:

 Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano