Canto de gol: cuento de terror
Un 15 de agosto hace once años Millonarios estrenaba su Tienda Oficial en la Floresta, a donde Hernán Torres llegaba acompañado de Eduardo Silva. Ante las abarrotadas reacciones de los que estaban en la fila por lograr una firma o foto con el futuro DT campeón, abordé al representante legal del equipo y, aprovechando la oportunidad, le pregunté por la posibilidad de cambiar de operador de boletería. Su reacción fue simplemente un “es lo menos peor entre todo lo que hay”.
No era desde ese momento, sino desde mucho antes que la alianza Millonarios – TuBoleta inició y los hinchas Embajadores vivíamos una historia de terror constante y de nunca acabar. En las épocas pre pandemia, reservas de abonos que no aparecían o las caídas de sistema sin soluciones en las casas embrujadas que eran los expendios (realmente existían unos peligrosos y sombríos, como el Teatro Libre al lado de Lourdes o el local contiguo al parqueadero sur del estadio, donde los robos de los pillos eran pan de siempre); o las angustiantes compras de abonos en las que una sola persona podía gastarse una o dos horas enteras en los expendios, por un sinnúmero de asociados a su barra. Después de 2020, el inmutable y atroz sistema en la venta de boletas fue el cementerio más reciente y recordado, con fantasmas de boletas y códigos que aparecían usados y no disponibles; los vampiros de TuBoleta que le chupaban al usuario hasta tres recargos por emitir un código QR; y desvanecimientos paranormales de las boletas en fases finales, para luego hacer su tétrica reaparición en los celulares y bolsillos de los revendedores.
Pero llega un punto en el que uno se aprende todos los cuentos de terror y no se asusta más o tanto como antes, y la valentía o la incredulidad superan el impacto del pánico. Maravillosamente uno de esos escépticos fue el mismo Millonarios, que desde inicios del año se contactó con Entradas Amarillas para que fuera su próximo Abraham Van Helsing para la caza de todos aquellos monstruos que atormentaban al hincha asistente al Campín. Las boletas de la final contra Nacional habían sido el último espanto tolerado, así que en apenas tres semanas el nuevo operador debía armarse de información para disipar todos los fantasmas. No fue 100% efectivo, pues no es tan sencillo que las ánimas se vayan y menos con tan poco preludio; casos como los de la llegada de un solo código a personas con más de un abono a su nombre, o dificultades con los medios de pago y la imposibilidad de retractarse al elegirlos, han sido aquellos zombis que siguen andando, reticentes a la muerte.
Sin embargo, la balanza está muchísimo más inclinada hacia la tranquilidad y el ahuyento del miedo. Los cazadores de criaturas suelen tener ayudantes en su empresa, y el de Entradas Amarillas es uno que resulta efectivo y fantástico. Quentro no solamente permite la transferencia segura de los códigos QR para ingresar al estadio, sino que combate en paralelo a los sanguinarios estafadores que cometían sus crímenes con la habilidad propia que la tecnología permitía a través del uso de pantallazos. La confianza en un amigo o conocido que no se transforme en hombre lobo con la salida de una luna llena de billetes se ratifica, de forma sencilla, comprobando el arribo de la boleta usando un correo electrónico válido. Incluso, por un cambio de parecer, una vicisitud o un error de quien la envíe, quien la recibe puede reenviarla a un tercero o devolverla a su dueño original. Una estaca de madera o una bala de plata contundentes.
La prueba más reciente para tantear las habilidades de este valiente escudero de Millonarios frente al tormento de una venta en tiempo récord se batalla hoy y hasta el jueves, aunque dio inicio hace ocho días. Aprendiendo de sus errores y dificultades, Entradas Amarillas esta vez le dio una semana entera a los abonados para enfrentar sus espectros y obtener su reserva; pero no contentos con ello, les da una segunda oportunidad para hacerse a su beneficio económico, y les envió ayer otro código para protegerse del horror del mundo real y vivir sus 90 minutos de semifinal y amor en la tribuna que gusten, pagando un valor acorde a su fe de inicio de campeonato.
Los cuadrangulares serán esa nueva proeza que afrontará este joven pero juicioso némesis, pero es una que podría mutar y convertirse en dos engendros simultáneos si llegamos a clasificar a la esperada final de Copa. Un examen más difícil de combatir, por tiempos y seguramente más creyentes a la causa albiazul. Pero a su vez, un entrenamiento digno para la violenta quimera que implicaría pelear no uno sino dos bicampeonatos. Todos esos cuentos de terror son los que hay que contar para enfrentarlos y superarlos. Y Millonarios junto a Entradas Amarillas van tomando la forma de un ávido, voraz y fluido lector. Leamos y disfrutemos juntos este presente futbolero esperanzador, en medio de tantos horrores periodísticos y terrenales en nuestro entorno.
El canto de gol para acompañar éste y estos días de pavores es ‘Psycho Killer’ de la banda neoyorquina Talking Heads: https://www.youtube.com/watch?v=O52jAYa4Pm8
Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano