Juan Pablo Vargas

Canto de gol: benditas lesiones

Yubber es hermano de una gran amiga por quien nos conocimos; ambos son hinchas de Millos y recuerdo haber vivido junto a ellos esa tanda de penales por Copa contra Jaguares en la que clasificamos celebrando en el arco sur, no más de siete mil personas, en una época en la que siempre nos eliminaban cuando esa vía debía ser transitada. Hace poco menos de dos meses hablábamos con Yubber y discerníamos por la renovación de Óscar Venegas, cuando yo reflexionaba y concluía que mi pulgar arriba se debía a la vulnerabilidad que nuestra zaga titular palpitaba de cara a posibles lesiones y/o los empresarios y equipos que, chismosos, asomaban por cualquier atisbo de transferencia.

Cuando empezó esa acostumbrada temporada de humo y el apellido Llinás comenzaba a tintinear, la jugada en la cancha del Libertad lo hizo resguardarse en la cueva azul. Andrés permanecería (permanece) en el Club y se abriría una oportunidad de oro para ser aprovechada por Álex Moreno Paz y cimentarse en la posición, guiado y aconsejado por un compañero mundialista. Llegó entonces la noche de recibir a Pereira en El Campín y Juan Pablo Vargas se erigía como una de las figuras de la cancha, a falta de goles y tres puntos, hasta que un mal esfuerzo lo hizo retirarse con dolor y molestia.

Doce días el dictamen inicial, treinta el real, y las sospechas en el aire de que ese primer veredicto viciaba un afán de concretar su salida a Santos, en un mal negocio por donde se mire a sabiendas de sus condiciones y valor real en el mercado (2.00 millones de euros a hoy). Ya iba algo extraño abordando con él el avión a São Paulo, cuando el común en el deporte es no contratar a nadie que esté entre algodones, por más figura que sea. A la liga brasileña, de tantos billetes y nombres, el costarricense no le hace falta. A Millonarios y su doble defensa de títulos, en cambio, le cae de maravilla su retorno. Confío en su profesionalismo para dar siempre lo mejor cuando esté en condiciones de volver a las gramillas colombianas.

Esas «benditas lesiones» nos hacen esta vez suspirar con atisbos de alivio por mantener los dos monos campeones del equipo. ¿Que puede ser peor después, porque el Tico podría irse libre? Tal vez. Pero tanto él estaría en su derecho, como muchos de nosotros quedaríamos más tranquilos de despedir a un héroe de la 16 con mejor destino que un país con mucho dinero pero con igual reputación de mala paga y desprecio.

El canto de gol para darle una nueva bienvenida al tico a su casa, próxima a celebrar su cumpleaños 485, es ‘Una Canción Para Ti’ de la banda capitalina Desorden Social: https://www.youtube.com/watch?v=TuGKds4PLqQ

Carlos Martínez Rojas
@ultrabogotano