Tarde desafortunada en el Pascual
Finalmente llegó el día que muchos temíamos, el día en el que nuestra solidez defensiva -esa que nos tenía en la punta del torneo ante nuestra incapacidad ofensiva- iba a flaquear. A diferencia de otros rivales, el América de Pompilio Páez, que llegaba en crisis de resultados, aprovechó nuestros errores y facturó. Al final fue 2-3, pero para cuando el emergente mostró el tablero electrónico al minuto 90 era 0-3.
Millonarios no lució nada bien los primeros 45 minutos. El equipo entregaba mal la pelota saliendo, los tres volantes ofensivos estaban perdidos y al pobre Jáder la pelota no le llegaba en medio de esa marea de defensas rojos. América aprovechaba nuestras fallas para recuperar e intentar llegar, aunque tampoco era tan profundo. Todo hasta que a los 31 minutos, en un tiro libre de costado, Sierra cabeceó bombeado. Parecía fácil pero Montero ya estaba jugado y terminó «bañado».
Millos tuvo dos opciones para empatar antes del entretiempo, ambas con Celis. En la primera, al venezolano le pasó lo que generalmente siempre le pasa a todos los jugadores: en el afan de querer llegar hasta la línea de gol para patear se hace una de más y se termina perdiendo la opción. En la segunda, quiso hacer un gol de antología teniendo dos opciones en el pase de la muerte, la pelota se fue desviada (aquí hay que aclarar que, en caso de haber entrado al arco, posiblemente el VAR invalidaba todo porque en un momento da la impresión de que el balón sale del campo).
Para el complemento, Gamero movió el banco: afuera los dos laterales (Perlaza estuvo cerca de salir expulsado en la última jugada de la inicial) y adentro Macka y Murillo. Vega pasó a la derecha y el equipo jugó 4-1-4-1 en ataque. Hubo una mejora en el circuito ofensivo, inclinamos la cancha, tuvimos juego de posesión como siempre, pero también como siempre no tuvimos potencia ofensiva ni buena toma de decisiones. Y en la primera que tuvo el América en todo el segundo tiempo, otra vez Sierra la mandó a guardar, 0-2.
En Millos entró Márquez por Jáder, y más adelante Gómez por Sosa. Al 86, después de otra infructífera incursión azul, nació un pelotazo por la izquierda para Mosquera, quien le ganó en velocidad a Llinás (dio la impresión que nuestro defensa se confió) y luego de la larga carrera definió al primer palo de Montero, que se había jugado pensando en un pase al centro. Era el 0-3 y nadie, ni rojos ni azules, lo podían creer.
La diferencia de tres goles era demasiado larga para lo que se veía en el terreno, América simplemente fue efectivo, Millonarios no. En el tiempo de adición, Millos maquilló el resultado (como lo dijo el propio Gamero) con dos goles, el primero de penal a cargo de Ruiz y el segundo de cabeza, obra de JP Vargas. Hay quienes dicen que si hubiéramos jugado 5 minutos más lo empatábamos porque el equipo encontró su momentum solo hasta el final, pero esa es una victoria moral.
La estadística dice que, por ahora en 2022, siempre que empezamos perdiendo no tenemos respuesta y terminamos perdiendo. Frente a Caldas y Junior, la pelota parada fue la que nos salvó la patria. Iba a llegar un día en el que la solidez defensiva iba a flaquear y ni siquiera el balón parado nos iba a ayudar. Ese día fue en Cali frente al América. Fue una tarde desafortunada, y que también nos pone a pensar.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido.
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