Que se enciendan las alarmas
La fácil sería decir «no pasa nada, vamos segundos en la tabla y en la reclasificación». Seguro podra valer también si se dice «era Montería, mucho calor». Nacional, que no había cedido un solo punto de local en todo el año, pinchó contra el Pasto, un rival al que le había ganado hasta Santa Fe. Era una oportunidad imperdible, ganarle a Jaguares (que solo había ganado un partido de local en el semestre) para pasar al frente en la reclasificación.
Pero Jaguares parece un repelente para Alberto Gamero y para Millonarios. Es el único equipo al que no hemos podido sacarle un solo punto desde que llegó el samario al Embajador. Ya nos había metido cuatro goles el año pasado y nos repitió la dosis. Es el único rival que ha podido hacerle cuatro goles al Millos de «Tito», y no solo una, sino dos veces.
En medio de un calor muy hostil, Millonarios salió a aguantar el partido, a dosificar las cargas e intentar defenderse con la pelota en los pies, pero sin la presión alta que ya es marca registrada de esta versión 2021 de Millonarios, entendible por el factor climático. Al frente, Jaguares jugaba a explotar nuestras bandas, sobre todo la izquierda.
Era un partido muy cerrado hasta que JP Vargas puso un pase quirúrgico que rompió todas las líneas locales y sirvió a Émerson para definir al primer palo ante la salida del arquero y poner el 1-0, con suspenso incluido porque Roldán inicialmente lo había anulado pero el VAR no le dio la razón. En medio de semejante calor, era un negociazo.
Hace dos semanas, en Bucaramanga, Millos perdía y remontó con dos goles en dos minutos cuando no se veía por donde. Ahora, en Montería, la historia fue al contrario: cuando más perdido lucía el local, dos incursiones por la banda de Perlaza terminaron en dos goles. Y de la nada, Millos pasó a perder un partido que ganaba bien antes del entretiempo.
Gamero le cobró a Perlaza, que no volvió para el complemento. Mojica lo reemplazó, y luego todo un ajedrez. Stiven Vega, que te juega donde lo pongas y es el apagador número uno de los incendios azules, pasó a ser lateral izquierdo (un día de estos lo vamos a ver de arquero, seguro). Macka bajó a la primera línea de volantes y Ruiz y Emerson pasaron a jugar con sus perfiles naturales.
El objetivo era ir por el empate, pero Jaguares pegó primero con un remate de media distancia de Sosa. El 1-3 ya era muy largo. Menos mal que Millonarios pudo volver rápido al partido, pues Mojica puso el 2-3 dos minutos después. Todavía había ilusión de sacar, por lo menos, el empate.
Desafortunadamente, otra desatención costó el cuarto gol para los locales. Y aunque Millos batalló y buscó, la diferencia ya era muy larga y el tiempo muy corto. Román alcanzó a volver a descontar para ponerle un poco de decoro al marcador. Al final fue 3-4, y qué duro es que hagas tres goles de visitante en un clima hostil y volver con las manos vacías.
Diez goles nos ha hecho Jaguares en la era Gamero, el único equipo al que Millos no ha podido sacarle ni un punto. El papayazo que dio Nacional no se pudo aprovechar y la estadística ahora dice que en los últimos tres partidos hemos recibido siete goles.
La fácil sería decir que no pasa nada porque vamos arriba en las dos tablas y vamos a clasificar sin problema a las finales, pero a esta Liga todavía le falta casi la mitad de los partidos y vienen los rivales de peso. Hay que tener autocrítica, tanto gol en contra es para encender las alarmas.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido