Bucaramanga Millonarios 2021

¡Partidazo en Bucaramanga!

Hay varios récords que se quebraron cuando Alexander Ospina hizo sonar su silbato para señalar el final del partido en el Alfonso López. Millonarios acababa de anotarle cuatro goles al Bucaramanga como visitante después de ¡56 años! y logró ganar dos veces seguidas en la ciudad bonita por primera vez desde 1994-95. Además, fue la victoria número 100 del Embajador sobre el leopardo por Liga, ¡y qué victoria, por Dios! si fue una montaña rusa de inicio a fin en la que hubo angustia, desespero, frenesí, descontrol, emoción, nervios y sufrimiento hasta que ese silbatazo de Ospina certificó los tres puntos y dejó alegría.

Pasó de todo. Empezó con desespero porque Bucaramanga empezó mejor el partido gracias a sus transiciones rápidas de defensa a ataque, con Brayan Fernández siendo el socio de todos en el último tercio del campo y explotando las espaldas de los laterales. Porque el local avisó primero con un tiro de esquina lo que había trabajado en la semana y en la siguiente jugada (otro córner) le rompieron el arco a Moreno para el 1-0.

El frenesí vino sobre el final del primer tiempo. Más exactamente cuando el cuarto árbitro señaló que se jugarían dos minutos de adición. Para ese momento, Millonarios era mucha tenencia y cero sorpresa. Hasta que, en un centro pasado desde la izquierda apareció Ruiz por el segundo palo y poner el 1-1. Los jugadores celebraron, Bucaramanga sacó del medio, pelota atrás, Correa se equivocó, Macka aprovechó, sirvió a Uribe y listo, 2-1 en un dos por tres. Millos pasó de perdedor a ganador en un minuto, y pegó en un momento clave. Descontrol entre los hinchas azules por todo el mundo Millos.

El segundo tiempo trajo más emociones. El equipo de Gamero aguantó el envión inicial del Bucaramanga y volvió a tener premio con otros dos goles en dos minutos. Los autores fueron los mismos: Ruiz primero, Fernando después, al 64 y 66. El partido se puso 4-1 y en ese momento todos ya nos sentíamos mega-ganadores. Estábamos goleando en campo ajeno, cuatro goles de visita por primera vez desde 2012.

Parecía sentenciado porque Bucaramanga era mucho empuje y cero fútbol y Millos se defendía bien a su manera, con la pelota en sus pies. Sin embargo, en el Embajador salió Ruiz del terreno (aplaudido hasta por los mismos hinchas locales) y en menos de nada, la victoria abultada pasó a ser diferencia por la mínima. Vino el 4-2 y luego el 4-3 (otra vez en pelota quieta, el peor enemigo azul de la tarde santandereana). Y la emoción se convirtió en nervios para el hincha azul.

El Bucaramanga, con lo que tenía, arrinconó a los azules contra su arco y trató de ganar de fuerza física por arriba. Juanito Moreno salvó el 4-4 con una atajada fenomenal a pocos minutos del final. Adrenalina al 200% en la tribuna, el leopardo apretaba por el empate, el Millonario aguantaba con todas sus fuerzas y pedía tiempo. Hasta que pitó Ospina, y todo ese cúmulo de emociones vividas se convirtieron para el hincha azul en alegría, otra victoria de visitante, otros tres puntos para la lucha en las dos tablas.

Para la retina del espectador, emoción pura, siete goles, partidazo. El amante de la táctica podrá decir que en la cancha hubo un manojo de errores de ambos lados. Cada quien lo podrá tomar con la óptica que lo desee. Pasaron 56 años para volver a hacer cuatro goles en la capital santandereana. El fútbol te regala en vida hitos para que como hincha los disfrutes, y más adelante los recuerdes con nostalgia y cariño cuando cuentes tus historias de cancha a las nuevas generaciones. Ganamos con cuatro goles de visitante, eso no se ve todos los días.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica del partido.