Millonarios Peñarol 2023

No fueron más goles porque la madre naturaleza no lo permitió

Quizá nunca antes un equipo tan grande e histórico a nivel continental como Peñarol le había agradecido tanto a la naturaleza por salvarlo de lo que pudo haber sido una goleada histórica. De no ser por el aguacero que inundó la cancha de El Campín, y que obligó a la suspensión del partido por espacio de casi dos horas, Millonarios hubiera podido registrar su mejor resultado de su historia en la Conmebol Sudamericana.

De hecho, los mismos hinchas de Peñarol antes del partido tenían miedo de una catástrofe. Fue simpático ver cómo reaccionaban una vez se hizo oficial la alineación del equipo de Alfredo Arias. El equipo uruguayo, con muchas bajas y varios juveniles, fue un equipo de enjundia y ganas en el arranque del partido, que quiso -o al menos intentó- jugar mano a mano.

Afortunadamente para Millos e infortunadamente para Peñarol, el ímpetu uruguayo duró solamente 9 minutos, lo que se demoró el Embajador en romper el cero con un cabezazo de Jorge Arias a la salida de un tiro de esquina para el 1-0. Desde ahí Millonarios fue una tromba. Cada vez que los jugadores azules pasaban media cancha era peligro de gol, la tuvo Juan Pablo en una pelota parada, la tuvo Giraldo en la media distancia, la tuvo Paredes, la tuvo Castro…

Era cuestión de tiempo para que llegara el segundo y a los 23 Leo Castro quiso hacer su gol de taco, la pelota golpeó a un rival, el rebote le volvió a quedar al 23 que puso un pase de la muerte y el que la empujó con el taco fue Menos de, en propia puerta.

Seis minutos después, en otro avance por la derecha, Paredes metió un latigazo de zurda que venció al portero Cardozo por tercera vez. No había respuesta de Peñarol y Millonarios se paseaba a su blandito rival. La gente hacía cuentas de cuántos goles más podían llegar.

Y fue ahí cuando arreció la lluvia sobre el estadio, cada vez de forma más intensa. Arrancando la segunda parte llegó el descuento de los uruguayos por la vía de la pena máxima luego de que Llinás tuviera que derribar a Arezzo tras una mala entrega en salida y una pelota a espalda de los centrales.

Después del 3-1, vinieron los cambios del rival que cambiaron el esquema de un 4-4-2 pro un 4-2-3-1 y después la suspensión del partido, cuando el central, Alexis Herrera, vio que el balón ya no rodaba más. Muchos hinchas se resguardaron en las zonas internas de las tribunas, otros simplemente debido a lo tarde del horario se retiraron a sus hogares.

La espera fue larguísima, hasta que nos enteramos que Peñarol volaba a Montevideo el jueves temprano. Se jugaba o se jugaba, pero la naturaleza no ayudaba. Tras más de una hora y media de retraso y luego de que un personal de la administración sacara algo del agua de la cancha, Herrera autorizó jugar.

Al partido le quedaban 33 minutos más el descuento, que se fueron consumiendo entre pelotazos de un lado para el otro y sin emociones en los arcos. Fue así como llego el final del que ahora es el partido más largo de Millonarios en su historia continental.

Pintaba para una paliza monumental hasta que la madre naturaleza incidió y no lo permitió. El Embajador es líder y podría asegurar su clasificación la próxima semana en Belo Horizonte si gana y Defensa no logra ganar en Uruguay. Peñarol vino a Bogotá a ratificar su condición de «cenicienta» del grupo.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica del partido