Millonarios se fundió en Manizales
Condenados por nuestros propios pecados. VÃctimas de nuestro propio invento. Tácticamente superiores pero inferiores en el resultado, que al final es lo que cuenta. Millos tuvo todo para ganar en Manizales, seguramente debió empatar como mÃnimo, pero perdió, producto de una desconcentración en defensa cuando el empate sin goles parecÃa ser el resultado final.
Como en Envigado, el primer tiempo de Millonarios fue buenÃsimo, aunque con la diferencia de no haber abierto el marcador. Para el complemento, el esfuerzo de la presión alta de los primeros 45 minutos pasó factura. Juan David Pérez era la figura del partido y pasó a un segundo plano. Los volantes dejaron de recuperar pelotas y terminaron viendo correr a sus rivales. El peligro de gol sobre el arco rival con el paso del tiempo empezó a decaer.
Y en la mitad, González Lasso tuvo una jugada perfecta para desequilibrar y la dejó escapar. HabÃa 99 opciones distintas de que su mano a mano terminara en gol, pero decidió optar por la única opción (entre 100) cuyo final hacÃa figura al portero rival y asà pasó.
El 0-0 parecÃa cantado hasta que pasó lo increÃble: saque de banda (ojo, ¡saque de banda!), centro bombeado fácil al área, cabezazo al segundo palo y gol. Posiblemente una de las ofensas más grandes que le pueden hacer a un equipo que trabaja tanto lo táctico como los equipos del profe Pinto. Quedaban 12 minutos y el Once Caldas se hizo a un marcador sorpresivo e inesperado.
De la nada, con una jugada de otro partido, la afición local terminó celebrando. No merecÃamos perder, es cierto, pero como dice Wuilker : «ese es el fútbol». Quizá todo hubiera cambiado si una de esas opciones del primer tiempo terminaba en gol pero no se puede hablar sobre supuestos.
Mejorar la definición (prioritario) y evitar los errores infantiles en defensa son las premisas para el tercer Round de la Liga, este domingo en la noche ante un Bucaramanga que ha demostrado debilidad en las primeras dos fechas.
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