La noche blanquiazul fue la noche albiazul

El arranque del partido fue de terror: desde el mismísimo instante en el que Jhon Duque no le entregó nada alusivo a Millonarios al capitán de Alianza en los actos protocolarios (mal ahí Millonarios, vergonzoso) hasta que entró el 0-1 para el local. En la mitad de eso salió lesionado Ospina, principal alarma de la jornada.

Habían pasado 15 minutos, el equipo perdía el partido y a un defensor, no pateaba al arco y jugaba lejos de Butrón, que era un espectador más. De repente, una falta en el área derivó en el penal que Ayron cambió por gol, en el primer remate Embajador al pórtico local.

Ahí cambió todo. Millonarios se montó en el partido. Aquel equipo que parecía con miedo escénico en los primeros 15 minutos pasó al olvido. Vimos, en cambio, a otro Millonarios, que puso las condiciones, pasó a ser dominador y marcó el 2-1 en medio de una hermosa jugada colectiva que concretó Ortiz pero que tuco a Macka y Hansel como protagonistas.

Desde ahí, el Millos de Gamero fue el que el DT nos ha prometido en las ruedas de prensa: dueño de pelota, tiempo y espacio; imponiendo las condiciones, saliendo a buscar el resultado y no a esperarlo. Si había ilusión por el torneo ESPN, se potenció con este partido frente al subcampeón peruano.

Vinieron los múltiples cambios de parte y parte pero el trámite no cambió. Millonarios no sufrió el partido sino hasta el final, cuando se sentenció penal para el local. Entonces apareció Faríñez, para atajar el cobro y mantener la ventaja.

La noche blanquiazul fue albiazul. Millonarios se repuso de un mal arranque para terminar ganando con propiedad en cancha ajena, y llena. Sólo preocupa una cosa, la lesión de Ospina. Ojalá no sea grave, porque la verdadera hora cero comienza este domingo.

Twitter: @elmechu