La media distancia abrió el camino

El reloj marcaba el minuto 57 y fracción. Millonarios tenía más o menos como el 200% de posesión de pelota pero solo había llegado una vez con peligro sobre el arco de Diego Martínez, el golero del Pasto. El rival se defendía con un 4-5 bien marcadito, disciplinado y trabajado en el que no había medio espacio. Millos tocaba y tocaba, pero no encontraba por dónde flanquear el esquema defensivo de su rival y en la tribuna varios empezaban a impacientarse.

El partido pedía otras alternativas distintas a tocar, tocar, tocar y tirar centros que nunca encontraban receptor azul. Entonces, Juan Carlos Pereira recibió un pase por el centro, dejó a su marcador, tuvo tiempo y espacio y decidió patear al arco. El remate fue atajado en primera instancia por Martínez, pero el rebote quedó en el área del Pasto y allí apareció Israel Alba, con la inteligencia de quedarse en posición legal para el momento del disparo, para llegar al encuentro con la pelota y poner el 1-0 y cambiar la impaciencia por tranquilidad en El Campín.

La media distancia fue la fórmula para poder desequilibrar un partido que se jugaba a lo que quería el Pasto: que Millos tuviera la pelota pero no supiera qué hacer al llegar a tres cuartos de cancha y mirar si por el camino en alguna contra podía haber algún premio. Con el partido abajo, la visita salió por fin de su campo, cambió su 4-5-1 por un 4-3-3 y trató de acercarse sobre el arco de Juanito Moreno, también con la media distancia como principal arma.

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Millonarios perdió la pelota pero no el orden, los jugadores tuvieron la calma necesaria para soportar el envión anímico del Pasto tras el 0-1 y con el paso de los minutos lograron volver a tratar de hacer juego de posesión. Era lo que se necesitaba para no sufrir el partido, y ya con la tranquilidad de no tener que sufrir de estrés por la falta de profundidad y sorpresa. Ya el partido se estaba ganando.

Cuando el reloj marcaba el 90+3, un centro de Asprilla desde la izquierda encontró a Fernando Uribe en el área para tomar la pelota y definir al segundo palo ante la salida del portero y así poner el 2-0 y terminar de sellar los tres puntos.

Entonces, en la tribuna ya fue solo alegría, fiesta y hasta previa del clásico. Los últimos minutos del partido tuvieron como banda sonora a la hinchada azul cantando las mismas canciones que se le cantan a los santafereños en el clásico: «Volveremos, volveremos», «Millos no tiene marido, Millos no tiene mujer», «Hay que saltar, hay que saltar».

Con la victoria, Millos trepa en la tabla y todavía tiene dos partidos menos que la mayoría. Ante el Pasto se iba complicando un poco hasta que Pereira entendió que la media distancia es una opción válida y viable. No todo debe ser siempre tocar hasta llegar a línea de gol, tampoco es pecado patear al arco desde afuera.

Twitter: @elmechu

Esta es la Ficha Técnica del partido.