Con el corazón en las semifinales

El estadio había sido una caldera hasta que entró ese gol de Equidad, al minuto 77, que puso el 1-1 parcial y convirtió la algarabía en silencio. La confianza parecía perdida, como si fuera el presagio de otra definición por penales que terminaría mal.    Algunos se desesperaron más de la cuenta, con cada minuto que pasaba, hasta chiflaron en un momento a los jugadores por no presionar la salida del rival.

El equipo había hecho el desgaste, pero cometió un solo error y ese fue el empate. Físicamente estaba más entero Equidad, por eso correr cada pelota para los azules costaba tanto. De verdad no parecía que hubiera una luz verde, había que ir preparando camándulas, crucifijos y depósitos de uñas comidas. Todo apuntaba a los penales.

Entonces, cuando el físico no da, cuando el nivel futbolístico ya no es el mismo por el cansancio, es cuando aparecen las ganas y el corazón. Ese corazón que, de vez en cuando, gana los partidos. El corazón que tuvo Santiago para tomar un pase de Mackalister y rematar a puerta, el corazón que tuvo «Maca» para tomar el rebote y rematar duro para poner ese 2-1 que se gritó durísimo por 20 mil almas en El Campín pero que retumbó fuerte por todo el Mundo Millos.

Era como si la pierna del volante bogotano hubiera tenido la fuerza de millones de corazones que empujaron esa pelota al fondo de la red, para olvidarse de los penales, para volver al triunfo, para que la confianza que se había perdido regresara a todos y cada uno de los jugadores y los hinchas. No lo duden, si hay un gol que se ha cantado más duro que los demás, fue este, el que impulsó la clasificación a las semifinales y puso a Millonarios como uno de los mejores cuatro equipos del Finalización.

Vendrá Junior o América. No podremos contar con Duque por expulsión ni con Riascos por acumulación de amarillas. Pero sí podremos contar con el corazón de este grupo que tiene el espíritu anímico por las nubes, y con el corazón de toda una hinchada que ya se ilusiona con un nuevo título. Ese corazón que nos puso en las semifinales simbolizado en David Mackalister Silva, ese corazón que sueña con la 15 de navidad. Vamos por todo.

Twitter: @elmechu

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