Ayron Del Valle

Ayron: el 9 que se disfrazó de 10

Minuto 39: Maxi recibe por la derecha en un contragolpe y Ayron marca la diagonal. El argentino entiende el mensaje y sirve el pase al vacío. Ayron entra solo al área, al frente solamente está el portero. «Se viene el latigazo», pensamos todos. Pero no, en lugar de definir, el delantero sirvió el pase de la muerte para que Kouffaty, que llegaba solo al segundo palo, pusiera el primer gol de la tarde, cuando el partido estaba enredado.

Minuto 84: Otra vez, gracias a la fórmula del contraataque, Ayron marca la diagonal, recibe y se va solo por la derecha. Antes de ingresar al área, observa que Arango llega por el centro perfilado y le pone el pase justo para que «Chicho» pusiera el tercer gol, el que cambia el término «victoria» por «goleada».

Esa fue la sobresaliente actuación de Ayron, el botín de oro de 2016-II, que todavía no conoce las mieles del gol en 2017 pero que piensa primero en el bienestar colectivo que en el personal. Por eso, Del Valle prefirió ser el 10 por un día y hacer dos pase-gol a dos compañeros que debutaron en la red con Millonarios.

Con sus asistencias y el sacrificio, Ayron fue la gran figura de la victoria de Millonarios sobre el Bucaramanga. Y aunque Russo en la rueda de prensa manifestó que «quisiera que fuera más egoísta», lo cierto es que el centro delantero de los Embajadores fue fundamental para conseguir un triunfo necesario para calmar el dolor de la eliminación de la Copa.

Sin duda, los goles de Ayron no tardarán en aparecer. Por ahora, podemos deleitarnos con su faceta de creador, por lo menos hoy, en la noche en la que el 9 se disfrazó de 10.