Al final no alcanzó
Duele. Duele mucho. HabÃa una ilusión desbordada en toda la hinchada. La estrella 16 se veÃa tan cerca, se habÃa logrado el resultado en la ida con un gol de otro partido y el grupo parecÃa irrompible. Bogotá se llenó de banderas, carros, motos, todo azul y blanco como aquel 16 de diciembre de 2012. La fiesta en el hotel y los alrededores del estadio era sublime, parecÃa todo dado para un lindo final feliz.
Al final el campeón fue el mejor equipo de la serie. Tolima superó a Millonarios en todo el primer tiempo de la ida y lo superó durante todo el partido de vuelta. Millonarios no pudo hacer su fútbol de posesión y cayó en el juego largo de los tolimenses, perdió los rebotes, se equivocó en salida… y los visitantes aprovecharon todo eso para empatar, remontar y aguantar para quedarse con el tÃtulo.
A Millos parecÃa que se le daba todo: cuando mejor jugaba el Tolima, Daniel Ruiz sacó un remate desde la izquierda que sorprendió a Montero y a todo el mundo del fútbol. GO-LA-ZO, de otro partido, sÃ, pero GOLAZO. Sin merecerlo, y estando incómodo en la cancha, el Embajador era el campeón de Colombia. Lo fue hasta el final del primer tiempo, y además el Tolima perdió su libreto con el 0-1 y no volvió a atacar.
HabÃa que defender la ventaja durante 45 minutos y listo, quizá tratar de ir por otro gol para sentenciar la historia. El problema es que Millos nunca fue peligroso en ataque, y el Tolima recuperó su libreto tras la charla del entretiempo. En cuestión de 10 minutos, Millonarios pasó de ganador a perdedor, campeón a subcampeón. Juan Fernando Caicedo, el mejor jugador de los 180 minutos, anotó los dos goles gracias a acciones derivadas de errores en salida del Embajador.
Faltaban 20 minutos y adición para ir por el milagro. Gamero hizo lo que pudo: terminó otra vez Vega de central, los dos recuperadores eran volantes ofensivos. Era el todo o nada, «a la maldita sea» como se dice coloquialmente. Mojica fue el mejor de los que entró y trató de mover al equipo, pero la fórmula fue repetirse en centros y centros que eran despejados por los centrales tolimenses o controlados por Montero, quien sobre el final hizo uso de su experiencia para quemarse los segundos hasta el pitazo final.
Quizá la falta de experiencia, las ausencias, los nervios y las mismas ansias de ganar la Liga terminaron cobrándole a Millonarios en el último partido del Apertura. Millonarios sigue sin poder dar una vuelta olÃmpica a mitad de año. La vida y el fútbol mismo se encargarán con el tiempo de que el dolor pase y haya revancha. Ya vendrá la oportunidad de que Gamero y esta base de jugadores puedan ser campeones.
Twitter: @elmechu
Esta es la Ficha técnica del partido.