Al borde del abismo

El arquero tira un pelotazo «a-lo-cualquier-cosa» y el reloj marca que ya estamos por cumplir los 90 minutos de partido. La gente ya empieza a recoger las cosas y alistarse para el regreso a casa. El tablero electrónico marca 2-2, y por lo que se había visto en los 45 minutos previos a ese pelotazo, no parecía cambiar. Se vivía un ambiente muy tenso y aburrido en la tribuna, hasta te toca ver a dos hermanos de sangre azul discutiendo entre ellos porque uno hace comentarios jartos del equipo y el otro sale a pedirle que pare…

Resultó que ese pelotazo terminó cabeceado hacia atrás por Cadavid y Hansel Zapata aprovechó para ganar en velocidad y definir ante una salida tenue de Ramiro, para hacer un gol que ni él mismo esperaba y poner a ganar a Equidad. Ahí fue peor: «y jueguen, cabrones, si quieren salir campeones» era lo único que se escuchaba desde un pequeño sector de Oriental, el único sector que cantó algo más porque el resto del estadio era silencio. Se juegan tres minutos más según el cuarto árbitro, pero ya se sabe de antemano que no hay forma de volver.

Millonarios completó siete partidos sin triunfos, también siete juegos en El Campín sin ganar por Liga (el peor arranque en torneos cortos desde 2002). Equidad, como otros tantos rivales que fueron a enfrentarnos en casa, terminó jugando como si fuera el local. El medio campo planteado con Domínguez, Barreto y Maca fue fácilmente destruido por el esquema táctico de Luis Fernando Suárez. Los extremos y laterales, fórmula patentada de Russo para hacer daño, ahora son inofensivos. Da la impresión que cada vez es más fácil contrarrestar los planteamientos tácticos nuestros y eso se convierte en un golpe a la confianza, con la metástasis por la eliminación de Sudamericana que parece seguir doliendo al interior del grupo.

Amanecemos a 6 puntos del octavo con 18 por jugar. Muchos ya tiran la toalla y dicen que es la Copa o nada. Parece muy complicado volver a entrar a la pelea por los Playoffs porque con cada fecha que pasa la distancia es más larga con respecto al grupo de clasificados, pero sobre todo, porque el nivel del equipo no invita a pensar que la historia puede tener otro rumbo.

Ahora solo podemos pensar en la Copa, al menos por los próximos tres días. El calendario del semestre termina el 11 de noviembre y nadie quiere salir a vacaciones antes de tiempo. Qué pereza noviembre y diciembre sin Millos, no es nada agradable. Por eso hay que enderezar, al menos recuperar la confianza que se nota que está rota en DT, jugadores e hinchas. Estamos al borde del abismo…

Twitter: @elmechu

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