A la caza del diablo
Se viene la penúltima fecha del cuadrangular B y Millonarios por tercera vez en el año vuelve a visitar el Estadio Olímpico Pascual Guerrero, recordemos que en el cuadrangular del primer semestre fue el primer enfrentamiento en el Valle Del Cauca en donde Millonarios logró la victoria ganando 1-0 con gol de Beckham David Castro y hace 33 días, pero esta vez por el todos contra todos, se fue derrotado por el mismo marcador a manos del cuadro escarlata, ante una nómina mixta que logró sobrellevar el partido y que en el segundo tiempo hizo un gran presentación.
Este domingo, con horario nocturno, se viene un nuevo clásico ante el América de Lucas González, que no sumó ningún punto en los últimos 4 encuentros del cuadrangular. Ahora, si bien la escuadra roja no tiene ninguna posibilidad de aspirar a ser finalista, tiene dos cosas por jugar, una de ellas, es el honor ante su público y que muy seguramente va a querer terminar este año con una victoria, pero también en la parte de la reclasificación quiere sumar y asegurar su participación internacional en el 2024.
Pero al frente tendrá a un Millonarios que en la anterior fecha terminó derrotado ante Medellín. En un partido en el que el azul no mostró su mejor versión y que pasó un primer tiempo para el olvido en el que muy temprano una desconcentración lo llevó a cometer un penal y se olvidó de lo que sabe hacer: tomar la pelota, pensar y mostrar buen fútbol, se fue derrotado en la primera parte 2-0. Más allá de las malas decisiones arbitrales, en el que condicionó a más del 50% del equipo, fue un Millonarios totalmente desconocido. En la segunda parte fue otra su actitud y se encontró con algo de ese fútbol que es la identidad del equipo de Gamero, en el que Juan Carlos Pereira asumió el rol de tomar el barco y precisamente fue el que ejecutó la pena máxima que lo llevó a descontar, pero al final no alcanzó.
Por eso Millonarios debe asumir estos dos últimos partidos aún más con responsabilidad y entendiendo lo que está por jugar, que si quiere seguir defendiendo su título debe salir a vencer o morir, al frente tiene un equipo herido, un equipo que no se le pueden dar ventajas, por eso es fundamental que desde el inicio del partido se busque acomodar, sincronizar y morir en la suya que es demostrar que es un equipo que su mayor virtud es pensar con la esférica y que debe sumar de a tres, y esperando un resultado en el clásico antioqueño que le favorezca para llegar a la última jornada con vida. Adicional, la buena noticia es el regreso de David Mackalister Silva que venía de una molestia y que fue ausencia el día jueves en Itagüí, así que esperemos que el capitán le de ese plus que en la anterior jornada no se pudo ver.
La invitación para la hinchada, en general, es invitarlos a creer, a poner toda la esperanza para estas dos jornadas porque hay un gran equipo para lograrlo y recordar que nosotros no somos ni la pasión ni la fuerza, somos algo mayor, somos todo un mundo llamado Millonarios Fútbol Club.
Dato histórico: noviembre 28 de 1994
A finales de noviembre de 1984, Millonarios seguía con la aspiración de coronarse campeón. Este equipo fue dirigido por el profe Jorge Luis Pinto, que fue a hacer su partido diferente y con la apuesta de ganar y derrotar al equipo de Gabriel Ochoa Uribe (campeón como jugador y DT de Millos).
Millonarios, en la primera etapa con Norberto Peluffo (técnico 03-04 y director deportivo 2015-2019), quien fue una de las figuras de este encuentro en el que el Embajador, después de intentarlo en varias ocasiones y luego de fallar un penal por Miguel “Nano” Prince, pero que no desmotivó a su tridente ofensivo: Córdoba, Funes e Iguarán, quien anotó en el minuto 25 de la primera parte venciendo a Falcioni. El América en los primeros 45 minutos en su casa se vio totalmente desdibujado. Los azules, por voluntad, entregaron la mitad del campo, pero fue un error de Vivalda, quien estaba lesionado, y fue ahí donde se llegó al empate al minuto 80 por medio de Antony De Ávila. Gutiérrez de Piñeres e Iguarán se fueron expulsados. Funes tuvo la oportunidad de dar un puntillazo final en un contragolpe que no pudo finalizar.
Escrito por: Rubén Darío Díaz Rodríguez (RUBENSHOW)