En la tribuna, la goleada fue mayor

Decía Juan Pablo Arévalo, colega santafereño de Futbolred, que «Millonarios fue hostil con un estadio lleno». Carlos Rubiano, un amigo de la casa, puso una foto de la parcial santafereña estática, quieta, al ver que solo había un equipo en la cancha. Pidió que certificaran a los rojos como el Mannequin Challenge más largo de la historia: 90 minutos inmóviles.

La cifra oficial dice que fueron 28 mil personas al estadio para ver la victoria número 115 de Millos sobre su rival de patio, de los cuales, unos 26 mil, eran hinchas azules. En la previa, el colorido y el ambiente estuvieron estupendos, la banda de Oriente volvió a desplegar su tapatribunas en Oriental, la barra «Los Cachacos» volvió a mostrar su telón, en la Lateral Sur se observaba un banderazo hermoso.

Se había preparado una gran fiesta y Andrés Cadavid y Ayron Del Valle se encargaron de prenderla con sus goles tempraneros. Entonces, los hits de cada clásico sonaron más temprano de lo normal y nunca dejaron de cantarse: «Millos no tiene marido, Millos no tiene mujer, pero tiene un hijo bobo que se llama Santa Fe», «El que no salte es una puta cardenal», «nacieron hijos nuestros, hijos nuestros morirán» o «y dónde están que no se ven», sonando durísimo porque se cantaban al tiempo desde cuatro tribunas distintas.

Los que estaban en Oriental Sur y la Blue Rain tenían el aderezo extra de estar junto a la parcial rival, por eso cada gol, cada ole, cada finta, cada quite y cada pase lo saboreaban con adición extra, para voltear al lado y dedicarlo al rojo más cercano.

La hinchada azul hizo que los cardenales se sintieran visitantes en su propio estadio, organizó un ambiente hostil para incomodar a hinchas y jugadores rivales. Del clásico 288 se recordará que Millonarios bailó 3-0 con Santa Fe en la cancha, y también que en la tribuna los azules le volvieron a dar una paliza a los rojos en cuanto a aliento se refiere.

Twitter: @elmechu

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