Faltaron 140 segundos para un nuevo tÃtulo
El fútbol y la vida se parecen, maravillosamente, en todo o casi todo. Puedes estar viviendo el mejor momento y de repente, en cuestión de nada, recibes un mazazo que te tumba, te noquea y en un instante todo cambia. Eso fue lo que le pasó a Millonarios en el partido de vuelta de la final de Copa. El Embajador lo ganaba hasta el 90+3, momento en el que llegó el inesperado, sorpresivo e impensado empate de Nacional para forzar los penales, en donde se impuso 4-5.
Millonarios ganaba el partido tranquilo y habÃa tenido incluso posibilidades de estirar la ventaja y sentenciar la historia. Nacional era un solo desespero, el local no tenÃa ideas y la tribuna verde ya parecÃa derrotada y desconsolada. En ese momento, el cuarto árbitro levantó el tablero electrónico anunciando que se jugarÃan cinco minutos de adición. Segundos antes, Nacional tuvo la opción más clara de empatar, y al no entrar, sus aficionados, resignados, empezaban a levantarse de los asientos y a salir del estadio.
La voz del estadio prendió el micrófono para dar el dato de asistencia y agradecer a los 44.100 asistentes al estadio y a informar que «el servicio de metro operará hasta las…» y ahÃ, justo ahÃ, cuando la misma voz del estadio, también resignada, despedÃa a los hinchas verdes rumbo a sus casas. AhÃ, cuando cada vez se sentÃa más cerca una copa más para las vitrinas azules. AhÃ, cuando ya el cuerpo estaba todo dormido producto de la ansiedad y la tensión. Justo ahÃ, justo ahà vino un centro desde la derecha para que Aguirre, central que estaba de delantero improvisado, empatara el partido para la sorpresa de todos los verdes y todos los azules en el planeta. Al partido le faltaban 140 segundos para que se acabara.
Todo volvió a empezar desde ceros pero ya no habÃa tiempo. En la celebración del gol de los jugadores verdes se fueron esos 140 segundos que le faltaron a Millonarios para consagrarse. Ahora todo debÃa definirse en los penales. Ahora la hinchada verde que estaba saliendo del estadio se devolvió para ver el desenlace. Los cantos de protesta a los jugadores y el «movete, verde movete» cambiaron por otros temas. Y en el hincha azul habÃa una sorpresa negativa. No se podÃa creer cómo, no se podÃa entender que estábamos a 140 segundos de volverle a ganar una final a Nacional, que no lo estábamos sufriendo, que era solo cuestión de tiempo… y esa ilusión se habÃa derrumbado en menos de nada.
Llegaron los penales, igual que como se definió al campeón del Apertura. Esta vez, Montero no fue el héroe de aquel 24 de junio y no pudo atajar ninguno. Esta vez, la figura de la jornada fue su compañero de selección Kevin Mier, que atajó el cobro de Édgar Guerra, el que era el cuarto de la tanda para Millonarios. Y con eso fue suficiente para que Nacional fuera el campeón y Millos el segundo.
IncreÃble. Nos faltaron solo 140 segundos para un nuevo tÃtulo, y en solo un instante, nos quedamos sin nada. El fútbol y la vida, maravillosamente, se parecen en todo, o casi todo. Hay dolor por la derrota pero duele más por la forma en la que se nos escapó una copa que parecÃa asegurada.
En X: @elmechu
Esta es la Ficha Técnica del partido.